El rechazo de la oposición a la Reforma Tributaria presentada al Congreso por el Gobierno dejó la carga tributaria vigente congelada sin obtener nuevos recursos para enfrentar el gasto fiscal que implican las reformas sociales comprometidas en el programa ofrecido a la ciudadanía, ni para financiar la inversión pública que requiere el país a través de la inversión que puede aportar el Estado para mantener y ampliar la oferta de bienes públicos.
La política antiinflacionaria del Banco Central por su parte dejó a la economía congelada en un punto desde donde no será fácil retomar el crecimiento. El prolongado tiempo en que se aplicaron altas tasas de interés a los créditos incrementaron el costo financiero y el endeudamiento de las empresas retrayendo su presencia en el mercado lo que sumado a una baja del consumo configura un escenariodifícil de modificar mientras no se llegue a un acuerdopolítico entre el gobierno y oposición.
La experiencia acumulada en estos últimos años nos ha llevado a comprobar que el gobierno a través de la política fiscal, estructuralmente no tiene piso para sumarlos esfuerzos del sector empresarial en lograr incrementos importantes para activar la economía que depende en un 80% del sector privado. Si a lo anterior se agrega que la baja en la actividad económica implica una baja en la recaudación de impuestos el sector público,queda inmovilizado y sin recursos suficientes para enfrentar al menos los gastos permanentes, como lo requiere la PGU queseguramente irá incrementándose.
La Reforma de Pensiones se ha centrado en buena parte en el destino del 6% que aportará el sector empresarial.Ciertamente, elevar en ese porcentaje el ahorro previsional individual es un avance para quienes tienen ahora un empleo formal, pero, ello no garantiza unapensión decente si no se mantiene la oferta de empleo en la economía.
La economía se perfila en el corto y mediano plazo para no crear suficientes empleos con mejores salarios y en cambio se observa un crecimiento sostenido del empleo informal por cuenta propia con ingresos precarios sin disponer de un sistema de seguridad social ni de un sistema de pensiones que contenga los aportes de un empleador formal.
La Reforma Previsional que se logre consensuar debería poner énfasis en un sistema previsional que compense las deficiencias del actual sistema económico que no garantiza empleo permanente ni salarios reales que aseguren un ahorro previsional para pensiones decentes,como ha sido el resultado del sistema de pensiones basado exclusivamente en capitalización individual. Esto hace imprescindible disponer de financiamiento para el pilar solidario que tiene hoy el sistema de pensiones para enfrentar los ciclos económicos y los cambios en las variables que inciden en la calidad de vida de la población, especialmente del sector pasivo.
Variados estudios proyectan para el futuro un reemplazo continuo de la fuerza de trabajo por la automatización de procesos controlados crecientemente por inteligencia artificial (IA) en todas las actividades económicas. Lo anterior implica mayores tasas de desempleo que requerirá eldiseño e implementación de un nuevo sistema de seguridad social y pensiones, que simultáneamente exigirá de una mayor carga tributaria que afectará a las mayores rentas y a una base de contribuyentes más amplia.
En consecuencia, el país necesita urgentemente un Pacto Fiscal amplio y responsable que mire el futuro e incorpore además de lo anteriormente desarrollado, los efectos del cambio climático, las migraciones y la seguridad ciudadana. La estrategia de desarrollo con crecimiento sostenible y con equidad es un marco insoslayable para enfrentar con éxito el futuro. Es decir, todo apunta a lograr un acuerdo político que ponga en primer lugar el futuro del país y definitivamente postergue las disputas tempranas propias de los eventos electorales, y de una vez, prescinda del lenguaje descalificador y el negacionismo que ha impedido llegar a acuerdos mínimos poniendo en riesgo el ejercicio de la democracia en nuestro país.