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Inauguración de la Escuela de Formación Municipal “Mejorar la vida desde el poder local” de la RM

Conversatorio “La emergencia de una nueva sociedad: desafíos para el progresismo”.

Panelistas: ✅Bárbara Figueroa (Sec. Gral PC); ✅Alejandra Krauss (Sec. Nacional DC); ✅Tatiana Urrutia (Sec. Gral RD); ✅Camilo Escalona (Sec. Gral PS). Modera: ☑️Ricardo Solari, presidente Instituto Igualdad.

Escuela de Formación Municipal: Ideas fuerza y Programas para el desarrollo del municipio

🚨🟢 ¡No te lo pierdas, nueva sesión de nuestra Escuela de Formación Municipal!⬇️

– ¿Qué significa el municipio socialista? Ideas fuerza y Programas para el desarrollo del municipio: participación ciudadana, rol de las organizaciones sociales, PLADECO, cuentas públicas.
– ⁠Fecha: Hoy 13 de mayo
– ⁠Hora: 19:00

✅Para unirse a la sesión de Zoom, por favor, haga clic en el siguiente enlace o copie y pegue en su navegador:

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Realidad e ilusión de las encuestas

Por Fredy Cancino, en El Mostrador

Hay más de una manera de conocer las preferencias de la gente en sus consumos, opiniones y, por supuesto, en sus opciones políticas. Algunas son al “ojímetro”, escuchando conversaciones de familia, clubes, de bar o del infaltable taxista (o Uber) parlanchín. En esto funciona el olfato o la intuición (rara cualidad), que para algunos es material suficiente para sustentar –y defender– sus diagnósticos personales. Otra forma es nutrirse de las noticias de las pantallas, grandes y pequeñas, que inundan nuestras vidas. Provienen de los medios periodísticos o de los grupos de las redes sociales que bombardean a través de los celulares (según  el INE, existen más de 33 millones operando en el Chile actual). Esta última vía tiene una relevante falla: son canales casi (subrayo el casi) siempre interesados en inclinar la balanza a favor de sus particulares puntos de vista. ¿O no?

No obstante estas limitaciones, hay un método que personalmente prefiero: las encuestas. Es lo que más se aproxima al enfoque científico de la manera de conocer qué opina o desea la gente. Para ello se recurre esencialmente a la sociología y a la estadística, ambas respetables disciplinas del saber humano. Pero las encuestas no son infalibles y no sustituyen el momento real en que las personas optan por una u otra cosa, acción o decisión que llenan la vida humana.

Particularmente me refiero a las encuestas políticas, aquellas que sondean la intención de voto de los ciudadanos. Y más particularmente aún, a la evaluación de los presidenciables de Chile, a 19 meses de la próxima elección. Hace más de un año hay tres infaltables figuras: Evelyn Mathei, José Antonio Kast y Michelle Bachelet, en ese orden de llegada, con Mathei que no se despega del primer lugar. Bastante más atrás de los tres primeros, aparecen personajes que salen, entran y vuelven a salir.

Por afición al método comparativo, echamos una mirada a las encuestas previas (de dos antes) de anteriores elecciones presidenciales de Chile. ¿Qué decían esas encuestas?

Veamos.

En 2011, dos años antes de la elección de M. Bachelet (2013), una encuesta CEP –considerada una de las más confiables– colocaba al ministro de Piñera, Laurence Golborne, con un 71% de aprobación, luego a la senadora Soledad Alvear con 46%, después Carolina Tohá con un 44% y Andrés Velasco con 42%.

En 2015, antes de la elección de S. Piñera II (2017), la encuesta CEP situaba a Marcos Enríquez-Ominami como el político mejor evaluado con un 42%, le seguía la senadora Isabel Allende con 41%, Ricardo Lagos Weber y Giorgio Jackson, ambos con 40%.

En junio 2919, antes de la elección de G. Boric (2021), siempre una encuesta CEP arrojó la primera valoración para Joaquín Lavín con un 56%, le seguían M. Bachelet y el senador M. J. Ossandón con 38%, luego Marcela Cubillos y G. Jackson con 36%, y más atrás la entonces alcaldesa de Maipú Cathy Barriga con un 35% de opinión positiva.

Esas eran las imágenes de valoración de políticos antes de las tres elecciones presidenciales anteriores. Como se recordará, el resultado de las tres elecciones presidenciales fue bien distinto a las proyecciones de esos años. ¿Qué falló?

Primeramente, las encuestas son siempre imágenes del momento y sus circunstancias, lo que, especialmente en estos tiempos veloces, cambian según variados factores: un suceso imprevisto puede elevar o derrumbar a un político, una estrategia y un marketing brillante pueden construir un líder (o bien destruirlo), la presencia e imagen positiva de una personalidad pública (no solo política), sostenida y persistente en el tiempo, puede forjar a un presidenciable en el imaginario colectivo. Tampoco olvidemos los aspectos metodológicos de las encuestas: preguntas abiertas (para respuestas espontáneas) o cerradas en torno a nombres fijos (respuestas con alternativas), universo encuestado, canales (cara a cara, telefónico u online); margen de error (generalmente indicado en el propio sondeo); y porcentaje de indecisos (no sabe, no responde), que son la sorpresa escondida de último momento. En promedio, uno de cada diez electores decide su voto el mismo día de la elección.

Por otra parte, el exceso de sondeos parece ser cada vez más un instrumento de orientación del consenso, más que de medición del mismo. Poniendo en relieve –con persistente ritmo– la agenda de las prioridades y preferencias ciudadanas, se contribuye en cierto modo a imponer opciones. En mi opinión, se parece a otra forma de puesta en escena de la política, esta vez en modo de pronósticos del futuro, aunque no inmediato en el caso de los presidenciables de Chile. Y cuando se vaticina el futuro, se abre un inconsciente proceso de convencimiento general, aunque la encuesta no prevea más que proyecciones tentativas que deberán hacer las cuentas con la realidad y los accidentes en el devenir político sucesivo.

Los políticos a menudo critican las encuestas, acusadas de influenciar el debate y que son solo “fotografías del momento”, pero cuando son favorables a unos u otros, se impone el silencio o la abierta celebración. Por ello, los sondeos políticos han de tomarse con la cautela de la razón y el soporte de la duda. Cuando hablo de duda, no entiendo endilgar acusaciones simplistas de manipulación de datos (confío en la seriedad y ética de consolidadas agencias de medición de nuestro país), sino de asumir las encuestas como tendencias y no como profecías.

Con la élite no se puede negociar el sistema político

Columna de Rubens Francois en CNN Chile

El Gobierno ha dado pruebas reiteradas de buscar el diálogo. Lo ha hecho con ideas y propuestas, con proyectos de ley que apuntan a objetivos claros y con diagnósticos que cuentan con respaldo de organismos técnicos internacionales de prestigio. A pesar de haber hecho importantes concesiones con la oposición para aprobar reformas que el país necesita y generar los recursos al gobierno de centroizquierda, ha imperado el negacionismo de una derecha cada vez más extrema e ideologizada.

La respuesta de la oposición, alineada sin matices a lo que dicta la élite a través del diario El Mercurio, ha sido negar toda validez a las propuestas del Gobierno, de calificar de malos los proyectos de ley del Gobierno, incluso, sin exponer argumentos técnicos de peso ni observar el más mínimo interés por abordar los temas subyacentes que dan cuenta de la desigualdad, la inequidad, la informalidad, la precariedad del empleo, de la baja productividad y el mediocre crecimiento de la economía, en un 80% en manos del sector privado y casi la mitad de la producción y distribución controlada por una decena de grupos económicos.

Si la élite consiguió detener las reformas del Gobierno y ahora reclama una reforma política, en los pocos meses que le quedan a este gobierno y en medio de un proceso electoral, habrá pasado la oportunidad incluso de hacer mantenimientos en la “sala de máquinas” con lo cual la derecha lograría pavimentar el camino para llegar al Gobierno.

Un cambio al sistema político no corresponde negociarlo con la élite que aspira a favorecer la mantención del statu quo, para ello y dada la trascendencia de este cambio y si se desea una mejor política es, en ese caso más serio y meritorio, llamar a un plebiscito donde este tema sea resuelto por el pueblo soberano.

El punto es qué cambio podría proponer la clase política en relación con el sistema político y qué otra materia podría incluirse en un eventual referéndum. La élite no quiere dialogar ni negociar lo que ha venido proponiendo la centroizquierda. Quiere rayar la cancha y el ámbito de las conversaciones para inhibir los cambios o reducirlos conforme a sus intereses. No se puede seguir exponiendo al país a negociaciones a través de mecanismos superestructurales donde los ciudadanos son simples espectadores.

La ciudadanía no quiere cualquier cambio ni cambiarlo todo. Eso lo demostró negándose a aprobar los dos proyectos de constitución plebiscitados, uno muy a la izquierda y otro muy a derecha. Es necesario clarificar cuáles son los cambios que está dispuesta a aceptar la mayoría de los ciudadanos y cuáles de ellos mejoran la capacidad de gobernanza, perfeccionan la participación del pueblo y la democracia. Los ciudadanos en Chile esperan todavía una reivindicación de la política que ponga en primer lugar los intereses de la mayoría.

Si la reforma política solo persigue reducir la cantidad de partidos políticos para facilitar acuerdos, qué es lo que impide que los partidos sin necesidad de una ley logren coaliciones de gobierno que incorpore la diversidad de ideas y proyectos políticos que legítimamente necesitan expresión popular y un lugar en la estructura del poder. La élite económica y sus representantes políticos tienen claro que la diversidad es un fenómeno social muy fuerte que no puede tener cabida en su modelo político ni puede alterar la estructura de poder que le garantizó el sistema binominal.

 

La élite ha demostrado carecer de argumentos para darle un mejor futuro al país, su permanente y sólido poder económico lo hace sentir sin tapujos y desafiante al mundo político y logra ponerle coto a los cambios que puedan menoscabar su capacidad de influir en lo que quiere y necesita del país para sus propios intereses.

Si para la élite la cuestión es militarizar la seguridad para garantizar la paz social y blindar la democracia con fusiles, se equivoca y no hace más que replicar su debilidad democrática, su única y repetida respuesta al conflicto social, la represión, que deriva de su propio afán de lucro, codicia e insensibilidad ante la exclusión social.

No se puede enfrentar la delincuencia, el crimen organizado y el terrorismo sin abordar, a la vez, la exclusión social, la precariedad laboral, la informalidad en el empleo, la baja productividad y la deficiente o nula capacitación de la fuerza laboral.

Lo que ha quedado más que claro en el país y en el diagnóstico de expertos en el mundo es que en Chile existe una desigualdad extrema que impide el desarrollo y que la élite económica prefiere mantener el statu quo al negarse a compartir su renta y su riqueza para conseguir un mejor país. 

Inauguración de la Escuela de Formación Municipal “Mejorar la vida desde el poder local” de la Región Metropolitana de Santiago.

📅 Viernes 10 de mayo, Conversatorio “La emergencia de una nueva sociedad: desafíos para el progresismo”.

Panelistas:
✅Bárbara Figueroa (Sec. Gral PC);
✅Alejandra Krauss (Sec. Nacional DC);
✅Tatiana Urrutia (Sec. Gral RD);
✅Camilo Escalona (Sec. Gral PS).
Modera:
☑️Ricardo Solari, presidente Instituto Igualdad.

📍Lugar: Hotel Fundador, Salón El Gobernador. Serrano #34.

📝 Inscríbete: https://forms.gle/9fMHUh4k7ba4LFHr7
🔍 Más información: instituto@igualdad.cl

Exministros Ignacio Briones y Ricardo Solari analizan reforma al sistema político en conversatorio AmCham

Los expositores se refirieron a los cambios necesarios que se podrían realizar para dar mayor gobernabilidad al país.

La Cámara Chilena Norteamericana de Comercio, AmCham Chile, organizó un conversatorio que contó con la participación del exministro de Hacienda y presidente de Horizontal, Ignacio Briones, y el exministro de Trabajo y Previsión Social y presidente del Instituto Igualdad, Ricardo Solari, con el objetivo de analizar la posibilidad de realizar una reforma al sistema político del país.

Los expositores se refirieron a los desafíos y oportunidades que ofrece esta materia, así como los cambios que serían necesarios abordar para permitir dar mayor gobernabilidad al país.

“Existe consenso transversal de lo importante que es asegurar un sistema político que nos de gobernabilidad y estabilidad, ya que es clave para facilitar acuerdos y avanzar en temas relevantes y prioritarios para las personas”, señaló la gerente general de AmCham, Paula Estévez.

“Desde AmCham, estamos convencidos de la importancia de la discusión técnica con una mirada de largo plazo pensando en lo mejor para el país. Este tema en particular fue ampliamente discutido en nuestros comités y mesas a raíz de los dos procesos constitucionales que vivimos como país, destacando la importancia de tener un buen sistema político que entregue estabilidad y gobernabilidad”, finalizó Estévez.

En Valdivia se realizó la Escuela de Formación Política “Igualdad Justicia Social y Desarrollo”. 

Este 26 y 27 de abril en la ciudad de Valdivia, la Juventud Socialista Chile inició su ciclo de formación política, el cual cuenta con la colaboración del Instituto Igualdad. En esta ocasión en dependencias de la Universidad Austral realizamos la Escuela de Formación Política “Igualdad Justicia Social y Desarrollo”. 

En los paneles participaron destacados expositores como Liliana Ronconi disertando sobre derechos sociales, Laura Ramírez explorando el desarrollo social y humano, Ricardo Millán abordando la participación del Estado en la economía, entre otros expositores que trataron temas sobre igualdad y justicia social, sobre socialismo, globalización, igualdad de género, entre otras sesiones de aprendizaje y reflexión. ¡Agradecemos a los más de 30 participantes por su compromiso y contribución a esta experiencia enriquecedora!

Conversatorio Desafíos de la Política Exterior de Chile con Gloria de la Fuente

🔴El Programa Internacional del Instituto Igualdad le invita a revisar el conversatorio “Desafíos de la Política Exterior Chilena”, en el cual conversamos con la Subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile Gloria de la Fuente.

La problemática conducción de la seguridad

Por Sebastián Salazar, coordinador académico del Programa Constitucional del Instituto Igualdad.

Qué duda cabe que nos encontramos inmersos en una crisis de seguridad y con una violencia inédita en la comisión de delitos de alta connotación pública. Esta situación afecta a la ciudadanía de manera transversal, pero se ensaña principalmente con los grupos más vulnerables y de los sectores más populares del país.

En las últimas semanas, se ha debatido que Chile no contaría con una arquitectura institucional de seguridad para enfrentar este complejo fenómeno. Este ha sido el principal diagnóstico que se ha querido instalar en la opinión pública. Sin embargo, planteo que más bien existe un diseño institucional débil, fragmentado e ineficaz que afecta una conducción democrática del sector seguridad. Este hecho deriva de las reformas constitucionales del 2005, como un problema que cruza a todo el sistema político y que quedó graficado en las dos propuestas constitucionales votadas en contra por la ciudadanía, las que avanzaban en dos direcciones completamente opuestas en esta materia.

Este diseño implica una conducción política débil. El proceso de reforzamiento a nivel institucional del rol del presidente de la República y sus representantes en las relaciones cívico-militares y policiales ha sido lento. Ejemplifica esta aseveración la resistida tramitación de las leyes destinadas a reconfigurar los estatutos de los Ministerios del Interior y de Defensa, así como otras instancias formales de fortalecimiento del poder civil electo democráticamente en labores de defensa y seguridad. La álgida discusión sobre la distinción entre preparación y empleo de los medios militares (3 y 4 estrellas) grafica esta situación.

Este diseño implica una conducción estratégica fragmentada. Los mecanismos de coordinación entre los organismos públicos (Fiscalía, policías, gobierno central y delegaciones presidenciales, entre otros) y privados no han operado adecuadamente. Grafica esta situación que la información producida no conversa entre sí, que existen diferencias metodológicas en la generación de esta y que se han puesto trabas institucionales y técnicas para la interoperabilidad de bases de datos cruciales. Ello influye negativamente en la generación de insumos que faciliten una adecuada toma de decisiones en los niveles políticos y estratégicos.

Este diseño implica una conducción operativa ineficaz. Esta situación se debe a los altos niveles de autonomía y corporativismo con que funcionan diversas instituciones operativas del sector, principalmente las ramas castrenses, policiales y de persecución penal. Herencia aún vigente del original Poder de Seguridad instaurado por la Constitución de 1980 y que hoy se materializan en sendos problemas institucionales. Esta tensión entre dependencia civil y autonomía militar y policial ha sido una tónica durante toda la transición democrática, afectando a los niveles de conducción de la seguridad indicados precedentemente.

Los desafíos más urgentes para el sector de la seguridad se refieren a la aprobación del Ministerio de Seguridad Pública, a cambios en el obsoleto Sistema de Inteligencia del Estado, innovaciones sobre inteligencia económica, un mayor control y mejor gestión migratoria, a una política carcelaria ad hoc a las complejidades actuales y sus necesidades institucionales, al disenso existente sobre la salida de las FF.AA. en materias de orden público (medida de la cual estoy en contra) y el uso de la fuerza, y, por último, a la prevención de la corrupción y el tráfico de influencias en los organismos que componen a todo el sector. Estas medidas fortalecen la conducción de la seguridad en sus tres niveles.

Pero para avanzar en estas complejas medidas se necesita de un liderazgo con sentido de urgencia y un acuerdo político transversal, que se haga cargo de las dimensiones descritas y empatice honestamente con la ciudadanía en el cumplimiento del deber primario del Estado. En un entorno propio de una democracia constitucional como condición mínima de encuentro, más allá de medidas populistas esgrimidas por razones electorales contingentes y de la polarización que experimentan las elites de nuestro país.

Publicado en CNN

HACIA DÓNDE SE DIRIGE EL SOCIALISMO: ¿ES ALTERNATIVA AL CAPITALISMO?

Rubens Francois I., economista, Instituto Igualdad

Las construcciones teóricas, la narrativa o el relato de lo que representa el socialismo en la actualidad ha dado lugar a respuestas de corto plazo en relación con el desempeño de los sistemas sociopolíticos existentes en el mundo, siendo, asimismo, poco lo que se aclara hacia el futuro de lo que sería o se espera de una sociedad con urdimbre socialista. Con mayor dramatismo aún el capitalismo no tiene respuesta para lo que será la civilización futura como sistema económico social.

Uno de los temas más complejos a resolver es qué fuerzas o impulsos de fenómenos actuales darán forma al futuro. Las tecnologías, la ciencia aplicada, la digitalización y la inteligencia artificial, así como los datos y su procesamiento instantáneo en cualquiera de las actividades de las sociedades contemporáneas, están dándole una nueva configuración a la vida de los habitantes del planeta. No es todo lo que afecta a la sociedad, pero, su importancia crece.

La información está cada vez más cerca para ser usada en el desarrollo del conocimiento, es decir, los datos capturados masivamente por sistemas digitales cada día están más disponibles para cualquier actividad humana que los requiera; no obstante, por otro lado, vemos un pobre desarrollo en las ciencias sociales que transformen esos datos en información relevante que permita conocer más profundamente lo que puede ocurrir en el mundo y lo que se puede hacer para revertir, imbricar, transformar o reorientar procesos societales que impidan destruir la civilización actual. Ciertamente, las actividades industrial, comercial y financiera han sabido cómo captar, crear y recrear información a través de plataformas informático-digitales capaces de procesar todo tipo de datos para lograr sus objetivos. Incluso, es cada vez más relevante la inversión en ciencia y tecnología de empresas privadas, lo que ha tenido como consecuencia, no obstante, atomizar y dispersar el desarrollo del conocimiento no facilitando con ello su integración para intentar pesquisar los patrones que están reconfigurando la arquitectura del planeta y la vida de sus habitantes. 

Capitalismo de la vigilancia

El poder que han adquirido las empresas tecnológicas del área informático-digital ha puesto en alerta a políticos, académicos y gobiernos para advertir del vertiginoso desarrollo de una nueva era se está iniciando con el liderazgo y penetración de empresas que tienen acceso a múltiples datos de miles de millones de personas, empresas, universidades, gobiernos, capturados a través de internet y otras redes. Se trata según Shoshana Zuboff de la “era del capitalismo de la vigilancia”, quién denuncia una nueva forma de poder y dominación a través de mega organizaciones tecnológicas que han conseguido acceder a cualquier tipo de dato y por consecuencia a información que revela comportamientos, pensamiento, emociones, planes, actividades, descubrimientos, invenciones, en fin, de todos los que puedan estar interactuando en contacto directo o indirecto con las redes digitales. 

Esta forma sofisticada del poder hace posible que empresas conozcan a cada individuo hasta en los detalles más privados y puedan usar esa información para influir en sus ideas y conductas. Rescata desde múltiples bases de datos información clave que permite construir patrones de conductas reproducibles y clonar e incluso superar capacidades humanas a través de la Inteligencia Artificial. La inversión en datos, información y conocimiento conduce al desarrollo de sistemas y artefactos con inteligencia y autonomía cuyos algoritmos de funcionamiento están en muchos casos, por sobre las reglas que el mundo se ha dado – a duras penas – para mantener la actual civilización. Esas megaempresas hoy funcionan como cualquier entidad privada y contratan mano de obra super calificada con los más altos salarios. Desde que son estudiantes destacados son observados y estimulados para llegar a integrar el staff de expertos en esas megaempresas.

Esta nueva oligarquía, la de la nueva era, está por sobre la democracia, la soberanía de países y del propio mercado. Y está en ese lugar de dominación por el carácter global de su penetración y extensión en el mundo, dado el uso y difusión de las nuevas tecnologías, como por la desregulación que existe en esa industria lo que se facilita por la pobre situación legal en el plano regulatorio y normativo. El reto no es solo para el socialismo en sus distintos matices, también lo es para los movimientos políticos que privilegian el individualismo y el mercado como las fuerzas motrices del mundo. La transformación de la actual sociedad pone en riesgo la supervivencia y podría acelerar la destrucción de la actual civilización.

Una cuestión insoslayable y de lo cual hay que estar atentos es a qué civilización quiere llegar esta nueva oligarquía y sus empleados motivados por clonar al ser humano. Con qué valores, ética y moral se podrán justificar las nuevas formas de comportamiento y estructuras sociales que se logre configurar con esta nueva forma de dominación.

Las ideas socialistas deben ser actualizadas y evolucionar para que respondan a una realidad distinta de lo que fue la revolución industrial que derivó en una lucha de clases donde los protagonistas eran los trabajadores y obreros de la industria manufacturera. Nuevas revoluciones tecnológicas han surgido después de un par de siglos de desarrollo del capitalismo a las que este sistema ha dado cabida y uso, hasta llegar a un modelo concentrador del poder económico y de riqueza a nivel global como nunca, donde una oligarquía tecnológica puede operar en cualquier país sin transferir el núcleo de su tecnología, salvo comercializar servicios, sus aplicaciones o el software bajo licencias que protegen sus derechos comerciales.

Esta oligarquía tecnológica libra una batalla creciente y permanente con los poderes geopolíticos y con gobiernos nacionales y supranacionales que intentan proteger su seguridad y soberanía como a la población de sus países por el uso de información estratégica o crítica, información que puede dirigirse a cualquier propósito, incluso, a la desestabilización y quiebre institucional de un país.

La globalización dejó a un mundo interconectado en todos los puntos geográficos imaginables. Esto se logró con tecnología y así Internet condujo a penetrar cada uno de esos puntos hasta llegar a cada individuo y familia con la posibilidad de comunicarse entre ellos en tiempo real y construir nuevas relaciones virtuales en una nueva dimensión para la humanidad.

El poder militar

Lo que en la primera revolución industrial fue posible con la experiencia presencial de los individuos en su trabajo, dejándose constancia en los textos de libros, revistas y diarios de lo que ellos pensaban, producían, acordaban, creaban, organizaban e informaban; en esta nueva era de la revolución digital todo se registra y puede llegar a todos, instantáneamente, ampliándose sin límites la capacidad de almacenar, procesar y difundir datos, información y conocimiento. Lo que llega a un usuario cualquiera es finalmente información cuya validación queda sujeta al nivel de su procesamiento que tenga ese usuario final. La experiencia indica que la información falsa tiene el mismo poder que la que no lo es, en consecuencia, esto conlleva nuevos escenarios, donde los fake news pueden llegar a dominar el contenido de las comunicaciones en grandes poblaciones humanas.  

Ligada a la industria de las tecnologías digitales está la industria militar la que ha permitido el desarrollo de un poder militar altamente destructivo, en gran medida, gracias a la disponibilidad y uso de dispositivos y armamentos con tecnología digital, teledirigidos, que usan el ciberespacio como medio para dar con y destruir objetivos que ocupan pocos metros cuadrados y pueden estar a cientos de quilómetros o destruir drones y misiles que provengan del enemigo usando las mismas tecnologías. 

Sin embargo, no todo es un potencial riesgo para la humanidad con la irrupción de las tecnologías digitales. Los beneficios del desarrollo de la ciencia y de las tecnologías digitales puede abrir un nuevo escenario, un nuevo mundo. Así es como la computación cuántica podrá ser un significativo paso adelante para la ciencia y la investigación en todas las áreas del conocimiento, especialmente, para la búsqueda de nuevo conocimiento, lo que hace más urgente impulsar un cambio fundamental en la relación de la sociedad con el sistema socioeconómico tal que permita humanizar y prolongar la vida del planeta y la de sus habitantes.

La reflexión precedente nos obliga a explicar qué significa, entonces, en estos tiempos el socialismo. Sin lugar a duda, es una ideología, tan legítima como otras, que se enriquece constantemente apoyada en el conocimiento científico, el espíritu humanista interviniendo en la política y en la lucha por el poder para superar la civilización actual con más igualdad, más inclusión, más justicia, impulsando el consenso en esos principios para revertir el riesgo de destruir la vida de la humanidad y del planeta en todas sus formas. Es la respuesta a la destrucción que se lleva a cabo con el sistema capitalista que ha conducido con su modelo productivo y su ideología a desastres como el cambio climático, migraciones y a crecientes conflictos bélicos con grandes ganancias de las industrias que profitan de ello.

El sistema capitalista irá migrando gradualmente conforme se vaya agotando la capacidad de sobrevivir en medio de la destrucción que generan las guerras, los fundamentalismos y el propio ADN del sistema capitalista que conduce, sin la intervención de las fuerzas del socialismo, a la destrucción de su propia base material y social al privilegiar el egoísmo, la codicia, la ambición y el poder.  Hoy el capitalismo se asocia a una cultura occidental y cristiana que genera una ideología basada en el individualismo, la libertad de elegir y en la propiedad privada, pero, que está involucrada en la destrucción del medio ambiente, en la destrucción de la democracia, en la intervención en gobiernos y en el genocidio de pueblos y países enteros, toda vez que están en juego los intereses económicos de las oligarquías dominantes.

El socialismo debería ser una respuesta a la ideología capitalista, su papel es superarla en tanto fuente de valores, principios y en entregarle un mejor destino a la humanidad. El capitalismo ha permitido un innegable progreso material y tecnológico, asimismo, el mercado ha sido una pieza clave como una forma de organización social para lograrlo. Sin embargo, su desarrollo se ha fundado en favorecer el individualismo, dejando atrás a miles de millones de seres humanos sin las mismas oportunidades. La desigualdad producto de la concentración de la riqueza en el sistema capitalista está ligada a que el acceso al conocimiento, en especial el conocimiento científico y las tecnologías derivadas de aquel, sigue siendo un activo individual y no colectivo.

Conocimiento colectivo

Como lo afirma economista Ha-Joon Chang, el conocimiento individual no conduce al desarrollo, sí lo hace, el conocimiento colectivo. Pero, este conocimiento colectivo no es posible lograrlo sin la activa intervención del estado. Crear las condiciones para ampliar la base y el contenido del conocimiento es una inversión que debe impulsarla el estado y en gran medida esto implica comprometer a las empresas a trasferir conocimiento y tecnología a empresas más pequeñas que integran las cadenas de valor para estimular la innovación y el emprendimiento. No se lograr mayor productividad sin conocimiento colectivo. Se trata de un proyecto que integra al estado con privados, pero, si el sector privado no se interesa en ese propósito, será el estado que tome la iniciativa de emprender un proyecto industrial de largo aliento, incluso, sin tener necesariamente desde el inicio ventajas competitivas. 

La afirmación de Friedrich List, citado por Chang, «patear la escalera» por donde subir es lo que ocurre según estos autores con los TLC las normas de la OMC. Los actuales países más desarrollados lograron ese estatus con el apoyo fuerte del estado. Sin embargo, en los TLC y TTP se induce a respetar la libre competencia, lo que inhibe al estado y a proyectos que estarían en una posición monopólica y/o con predominio de la participación o control del estado en países emergentes.

En el socialismo – en tanto proyecto político – debería confluir lo mejor de las ideas, conocimiento, valores y principios provenientes de la ciencia, la religión, la filosofía y el arte, como también lo que se pueda rescatar tanto de la propia experiencia de los desastres y destrucción que ha vivido la humanidad y el planeta al igual como el rescate de las grandes creaciones humanas que le han dado belleza, bienestar, calidad de vida y sostenibilidad a la actual civilización. El socialismo debe ser la respuesta a la anomia en la que se encuentra la sociedad, prisionera de la ideología que ha sido capaz de crear el sistema capitalista con su penetración en el mundo político. 

Las formas oligárquicas que ha creado el capitalismo han surgido mediante la concentración de la riqueza que este sistema ha generado en su desarrollo, produciendo un tipo específico de renta del capital en cada etapa. Hoy, la tecnología digital, basada en el conocimiento científico de muchas disciplinas, es la base material de la oligarquía económica más poderosa en el planeta, asociada a gobiernos que comparten la ideología que recrea el sistema capitalista, ideología exenta de valores humanistas, que estimula el individualismo sin reconocer los efectos de la concentración de la riqueza ni de la exclusión social que produce.

La ideología del neocapitalismo se ha hecho camino y espacio en el estudio de la economía y se le ha ido dando el carácter de teoría inamovible y única a un modelo que vende su lógica como si fuera conocimiento científico inobjetable o su relato tuviera el máximo rigor técnico. Las reglas que establece este modelo han ido reduciendo las variables explicativas, de modo que como consecuencia lo que necesita explicar lo hace con una deficiente capacidad predictiva al dejar fuera variables que no se consideran relevantes, por considerarlas variables no técnicas, o sea, aquellas del ámbito de lo social y lo político. 

Un ejemplo clarísimo es lo que intentan los Bancos Centrales al tratar de controlar la inflación, como foco de lo macroeconómico, al fijar una tasa de interés referencial (PPM) que se establece para el sistema financiero nacional para conseguir acelerar o frenar la actividad económica, a través del costo del crédito. Lo mismo ocurre con el valor de la divisa de referencia como el dólar cuyo valor los Bancos Centrales intentan regular comprando o vendiendo dólares. 

Mientras menos intervención del Estado, mientras menos regulaciones tenga el mercado, mientras menos impuestos aplique la autoridad económica, el mencionado modelo dará sus mejores frutos, dicen sus defensores. El punto crítico es que toda acción que se salga de ese marco se considera una intromisión política, una incursión ideológica, vale decir, una intervención que sólo perturba o desvía el comportamiento normal de las leyes naturales, invisibles e inequívocas del mercado – que por lo demás no tienen referentes empíricos – y que estarían por sobre los derechos sociales. La negación de la intervención del estado es la respuesta del neoliberalismo cuando se quiere fijar un salario mínimo u otorgar capacidad de negociación de los sindicatos. Lo mismo, para darle una buena educación gratis a los niños y jóvenes y mejores pensiones a la población más vieja, sin distinción de clase social.

El socialismo se debe consolidar en una fuerza que estimule y aproveche el desarrollo de las fuerzas productivas al incorporar en la economía un nuevo modelo que amplifica y potencia la capacidad de los recursos, su productividad y su compromiso social al vincular la economía con las personas y sus organizaciones, haciéndolas protagonistas de la innovación y del emprendimiento, así como del logro del objetivo común de mejorar la calidad de vida y el bienestar de toda la población en armonía con el medio ambiente y los ecosistemas sociales, naturales y culturales.

El socialismo en sus más diversas vertientes deberá ir desarrollándose y adentrándose en el sistema económico capitalista para construir un nuevo modelo de desarrollo basado en la combinación de la economía con lo social, lo cultural y lo ambiental. Será la nueva política del socialismo, como instrumento de lo anterior, que logre construir al tiempo y ritmo del desarrollo de la ciencia y la tecnología, junto a los valores y principios democráticos y humanistas, lo que permitirá una mejor convivencia humana, basada en la tolerancia y el diálogo que finalmente conduzca a una nueva era civilizatoria de paz, justicia, igualdad y prosperidad. RFI17042024