Carolina Carrera, Presidenta de la Corporación Humanas y Colaboradora del Área de Género del Instituto Igualdad
En estas recientes elecciones congresales entró en vigencia un nuevo sistema electoral, de carácter proporcional moderado y que incorpora medidas para la representación equilibrada entre hombres y mujeres, particularmente la obligación a los partidos políticos de proponer un mínimo de 40% de mujeres candidatas en las listas para la Cámara de Diputados y el Senado. Ello, conforme a los compromisos asumidos por el Estado de Chile frente a la comunidad internacional.
Hasta ahora las mujeres estaban subrepresentadas con un 15,8% en la composición de cada una de las cámaras, mientras que el promedio de América Latina es de un 27,8% de mujeres en el Poder Legislativo. De acuerdo a los resultados de la elección parlamentaria,a partir del año 2018, el 22,7% de legisladores serán mujeres, lo que constituye un alza de 6,9% respecto de las elecciones anteriores.
Con esta nueva composición del Congreso Nacional,y por positivo que resulte el aumento, lo cierto es que en la Cámara de Diputados la participación de mujeres alcanzará el 22,5% (35 de 155) y será levemente mayor en el Senado, 23,2% (10 de 43). De esta manera Chile se mantiene por debajo del promedio regional y muy por debajo de la necesaria paridad, pese a que a que el ranking de la Unión Interparlamentaria, que mide la participación de las mujeres en el poder legislativo en 193 países, Chile logra pasar con estos resultados del lugar 129 al 81.
No obstante, en Chile las mujeres se sienten altamente discriminadas (87%) según devela la Encuesta de Corporación Humanas “Percepciones de las Mujeres sobre su situación y condiciones de vida en Chile 2017”. Las encuestadas perciben que no tienen las mismas oportunidades para la participación política que sus pares varones(69%) y que los partidos políticos dan pocas oportunidades a las mujeres (64%).
El estudio, realizado solo a mujeres a nivel nacional, además, muestra que ocho de cada diez mujeres cree que en Chile debiera dictarse una ley que obligue a que exista igual número de mujeres y hombres en cargos públicos (78%).
A los partidos políticos corresponde un rol fundamental en la implementación de políticas para una mayor participación de las mujeres, sin embargo hasta ahora se han evidenciado resistencias en algunos partidos e inclusive dificultades en más de una colectividad para el cumplimiento de ley. Esto queda en evidencia De ahí la importancia de contar con nuevas leyes electorales que establezcan la participación equilibrada no solo en las listas de candidaturas al Congreso Nacional sino también para las elecciones de alcaldes/as, concejales/as y consejeros/as regionales.
El aumento de diputadas y senadoras para el proximo período legislativo resulta crucial para enfrentar la discriminación que sigue presente en la política. Por ello, cabe formular un llamado a las candidatas electas y a quienes resultaron reelegidas a trabajar por los derechos humanos de las mujeres y promover iniciativas legislativas orientadas a la igualdad de derechos.