La idea de crear una instancia capaz de promover y proyectar una voz concertada de América Latina y el Caribe en el debate de la agenda global que se realiza en organizaciones y foros internacionales de variada índole había venido tomando forma en las dos Cumbres de Jefes de Estado que antecedieron a la recientemente realizada en Caracas el 2 y 3 de diciembre, en la cual se acordó la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC. Y aunque el rico proceso de discusión que se iniciara en Salvador de Bahía en 2008 y que prosiguiera en la llamada Cumbre de Unidad realizada en Cancún en 2010 no tuvo la difusión que resulta indispensable para que la integración regional tenga el apoyo ciudadano y político sin el cual su éxito no estará asegurado, debemos reconocer que al menos las Cancillerías y los asesores presidenciales de los 33 países de América Latina y el Caribe han trabajado en forma silenciosa y eficaz para arribar hoy a la creación de la CELAC. Reconocer lo anterior no nos impide levantar una voz crítica ante la carencia de mecanismos de participación ciudadana en el proceso de integración regional en general, defecto que en nuestro país presenta rasgos acentuados.
En la Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de los países de América Latina y el Caribe realizada en Caracas, Venezuela, los días 2 y 3 de diciembre, se acordó crear la CELAC como un mecanismo representativo único de coordinación política, de cooperación y de integración de los 33 Estados parte, constituyéndose así la CELAC en un espacio común destinado a garantizar la unidad e integración de nuestra región, con pleno reconocimiento de la diversidad existente entre los Estados miembros. La recién creada CELAC viene a reemplazar de este modo tanto al Mecanismo Permanente de Consulta y Coordinación Política, conocido como el Grupo de Río, y a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo ( CALC), cuya existencia cesa formalmente a partir del 3 de diciembre de 2011. La CELAC asume a partir de ahora el diálogo político de la región con otros actores intergubernamentales, con organismos , grupos y mecanismos internacionales, debiendo también encargarse de la tarea de concertar las posiciones de sus Estados miembros en foros multilaterales, todo ello sobre la base del consenso como mecanismo de adopción de decisiones dentro de la CELAC.
En la reciente Cumbre de Caracas se aprobaron tres documentos cuyo conocimiento resulta indispensable para comprender tanto los alcances y la importancia de la creación de la CELAC como sus debilidades. Se trata de la Declaración de Caracas, del Plan de Acción y del Estatuto de Procedimientos para el funcionamiento orgánico de la CELAC, todos fechados en diciembre del presente año. De su lectura resaltan algunas conclusiones que ayudan a la evaluación de la importancia de este nuevo paso dado en el proceso de integración regional:
1.- Por primera vez se ha creado un mecanismo único de coordinación política, de cooperación y de apoyo a la integración del cual forman parte todos los Estados latinoamericanos, incluyendo a Cuba, y todos los Estados caribeños. Sólo han quedado excluidos de su conformación dos países americanos : Estados Unidos de América y Canadá;
2.- La creación de la CELAC es la culminación de un proceso de reafirmación de la identidad política latinoamericana y del Caribe que ha coexistido con la aceleración del debilitamiento del poder de los Estados Unidos en la escena internacional, con el desarrollo de la crisis económica internacional iniciada en los Estados Unidos en 2008 y proseguida hoy en la Unión Europea, cuya relevancia internacional también ha iniciado un proceso de desgaste . La irrupción de China como uno de los actores globales con mayor proyección y con gran importancia para América Latina es también uno de los procesos que coexisten con la creación de la CELAC.
3.-Tanto la decisión de adoptar el consenso como método para arribar a acuerdos como la débil estructura orgánica ideada para la CELAC, sin órganos permanentes de importancia que le den consistencia, abren serias interrogantes sobre el destino futuro de la recién creada instancia. Resulta evidente que el consenso, si bien evita rupturas tempranas en la CELAC, puede ralentizar en exceso la realización de las importantes tareas que tiene por delante;
4.- En el Plan de Acción de Caracas 2012, y sobre la base de la flexibilidad y la participación voluntaria en las respectivas iniciativas, se adoptaron decisiones tan importantes como la adopción de medidas colectivas para enfrentar conjuntamente la crisis financiera global en desarrollo y prevenir nuevas crisis sistémicas, incluyendo iniciativas para rediseñar las instituciones financieras internacionales existentes y democratizarlas; la realización de tareas indispensables para fortalecer la complementariedad y cooperación entre los mecanismos regionales y subregionales de integración existentes; la creación de grupos de trabajo para la elaboración de una Agenda Estratégica de Coordinación Regional, así como para profundizar la integración de políticas sociales y de combate a la desigualdad, la integración energética , de la infraestructura y la necesidad de dar mayor relieve a la integración cultural.
5.- Implementar y dar seguimiento a estas relevantes tareas le corresponderá durante un año a Chile, cuyo Jefe de Estado ha sido elegido como Presidente Pro Témpore de la CELAC durante dicho periodo. Se trata de una responsabilidad del Estado de Chile y su cabal cumplimiento es un tema que debe preocupar a partidos políticos, círculos académicos, organizaciones sociales y medios de comunicación a partir de enero de 2012, más allá de los exigentes, pero siempre limitados a lo específicamente nacional , temas que ocupan cotidianamente la agenda política. La integración regional es un imperativo vital para que América Latina y el Caribe participen con voz propia en la decisión de los grandes temas globales y ello no debe escapar a la atención de los chilenos del siglo XXI. A la izquierda chilena le cabe un rol importante en el seguimiento de las políticas que siga el gobierno de Piñera para cumplir con las múltiples tareas que supone ejercer en plenitud la Presidencia Pro Témpore de la recién constituida CELAC.