Hay momentos para ser intransigentes, opinantes, duros. Osvaldo Andrade lo ha sido muchas veces, incluso cuando era ministro de Estado. Y hay momentos para ser articulador de acuerdos o para desbloquear impasses. Regular esta tensión es, sin duda, una cualidad especial que deben desempeñar los políticos de primera línea.
Por Claudia Serrano, Ex Ministra de Trabajo.
¿Qué pensaba el diputado Osvaldo Andrade, presidente del Partido Socialista, ex ministro de Trabajo de la Presidenta Bachelet cuando se abstuvo en la votación sobre el reajuste del sector público? Asumiendo la complejidad de su decisión no votó, pero permaneció en la sala, como queriendo mostrar que la suya era una decisión tomada con seriedad y responsabilidad. Sabía que su gesto le daría al proyecto el escaso margen que requería para continuar el trámite legislativo. Con seguridad se dio cuenta de que la mayoría de los diputados de la bancada socialista y de la concertación reaccionarían furiosos. Evidentemente, tomó una decisión a conciencia. El sabía que el tiempo para legislar llegaba a su término, participó de las negociaciones tendientes a buscar la mejor respuesta del gobierno, conoció cabalmente sobre la complejidad de la materias que se discutían y sobre el espacio que tenía o no el gobierno para mejorar la oferta de reajustabilidad. Andrade había participado de tres procesos similares como Ministro del Trabajo.
Lo cierto es que no estamos ahora discutiendo sobre el monto o el porcentaje, sino sobre política y posiciones. En la decisión de Andrade estuvo presente el criterio del Presidente de la CUT, Arturo Martínez, experimentado negociador. Ambos sabían que se acababa el plazo para legislar y que los pensionados y trabajadores del sector público perderían el reajuste, bonos y regalías. Andrade, con toda su experiencia en materia política y laboral, supo que no cerraba la posibilidad de canalizar un acuerdo y actuó en forma individual, danto término a un áspero tira y afloja.
Los temas laborales son aún una materia pendiente en Chile y resulta inexplicable que este tema no está en la primera línea del discurso del PS: relaciones laborales, multirut de las empresas, grupos negociadores, negociación para trabajadores con contratos por plazo o faena, etc. ¿Buscará Andrade un campo de diálogo con el gobierno en estas materias? ¿Apuesta a construir un liderazgo que le permita regular un discurso agresivamente opositor junto con un desempeño responsable y constructivo?
El Partido Socialista, especialmente sus presidentes, han hecho gala en los últimos años de su contribución a la gobernabilidad mostrando flexibilidad, responsabilidad y capacidad de mirar más allá de la coyuntura, teniendo por delante la agenda más larga del desarrollo en Chile. Muchas veces este comportamiento fue polémico entre nosotros, que aparecimos como los moderados o sensatos, mientras otros se daban el gusto de los discursos encendidos y altisonantes. No podía ser de otra forma si todos los socialistas sentimos que nos gustaría cargar la balanza hacia la justicia y la igualdad en este país que, pese a sus progresos, sigue siendo tan desigual. Pero hemos hemos entendido acerca de la necesidad de negociar y buscar acuerdos en marcos democráticos, lo que nos ha llevado a desempeñar un destacado papel en la construcción democrática en Chile. Hay momentos para ser intransigentes, opinantes, duros. Osvaldo Andrade lo ha sido muchas veces, incluso cuando era ministro de Estado. Y hay momentos para ser articulador de acuerdos o para desbloquear impasses. Regular esta tensión es, sin duda, una cualidad especial que deben desempeñar los políticos de primera línea.
Claudia Serrano, Ex Ministra de Trabajo, Directora Académica Instituto Igualdad, Miembro del C.C. y de la Comisión Política del Partido Socialista.
Lamentablemente y sólo recurriendo a la historia reciente, mientras fue gobierno, el PS, impulso o concurrió con su voto a privatizaciones, leyes excluyentes y represivas, normas pauperizantes de los derechos de los trabajadores o una nueva legislación ambiental vergonzosa .
Ya en la oposición, lugar en que se está entre otras cosas por la actitud sectaria de su dirección , las cosas se han agravado y, el quiebre con su esencia y pasado se agudiza y agrava, tanto más cuanto, si en esta actitud incongruente con su historia, nuestros dos últimos lÃderes partidarios han tenido un rol de marcado protagonismo,.
Ver a un presidente del Partido concurrir con su voto a una ley infame que perpetua la entrega de la riqueza minera chilena a empresas multinacionales y la sombra de duda que ha caÃdo sobre las verdaderas razones de su actuación en la votación que dio por el suelo con las legitimas aspiraciones de los trabajadores del sector público chileno…(extracto)
Duras palabras, pero la paciencia y la desconfianza en la concertación (si con minúscula), se está acrecentado. Hay algo muy sospechoso en la actitud de Osvaldo Andráde. Es coherente con lo que dijo al The Clinic con respecto al matrimonio homosexual y el aborto, está en contra, muy conservador.
Hay que estar atento a las siguientes votaciones de este señor, no es de extrañar si vota a favor de la reforma educacional y de otras materias vitales para el pueblo y los trabajadores.
Creo que lo que existió aquà es que Andrade le tiró un salvavidas a De la Puente y a la CUT. Si los trabajadores se quedan sin aumento salarial ni bonos los que pierden son los propios trabajadores y los lÃderes sindicales, éstos últimos, hoy, ante los ojos de los Empleados Públicos valdrÃan menos que un paquete de cabrita. De la Puente asà lo entendió y dio por terminada la huelga de inmediato