La iniciativa de realizar un proyecto de ley anunciado en la primera Cuenta Pública del Presidente Sebastián Piñera, que permita que todas las madres o padres trabajadores al cuidado de sus hijos e hijas cuenten con el beneficio de la sala cuna, es un anhelo social de amplio consenso, que más allá de la envergadura que ello implica, se reconoce como una necesidad de orden transversal que debiera distinguirse como una política de Estado.
A nivel mundial existe una tendencia creciente a la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, y si bien Chile ha incrementado su tasa de participación laboral femenina en 20 puntos porcentuales los últimos 30 años, se ubica por debajo de la tasa promedio de América Latina (54% INE 2015), contando con uno de los valores más bajos de la región (48,3% INE 2015).
En la práctica, la medida de sala cuna universal implica modificar el artículo 203 del Código del Trabajo, donde se señala que todas las empresas que cuenten con 20 o más trabajadoras deben proveer de servicios de salas cuna para sus hijos hasta los 24 meses de edad. Lo anterior genera un evidente desincentivo a la contratación de mujeres, reduciendo sus oportunidades laborales en beneficio masculino.
imagen vía: laregionhoy.cl