El gobierno de Piñera ha hecho una propuesta de mejoramiento previsional en sus líneas gruesas y de la que se esperan mayores precisiones y claridad en el proyecto de ley de próximo ingreso al Congreso. Sujeto a las incógnitas que deberá despejar la iniciativa legislativa, lo que se sabe hasta el momento es que se introducen correcciones al sistema previsional existente y se refuerza el pilar solidario.
Pero el sistema en su esencia sigue exactamente igual.
Un modelo de capitalización individual que recoge la biografía laboral de cada trabajador y, por tanto, vicisitudes e imprevistos que no puede controlar y que se verán reflejadas en sus pensiones.
Un modelo de ahorro obligatorio en que el trabajador sabe cuánto debe aportar mes a mes pero ignora cuanto va a recibir de pensión, incógnita que sólo la podrá despejar tarde, cuando jubile, y ya poco o nada pueda hacer para modificar su situación.
Un modelo que hace descansar en el trabajador la responsabilidad de elegir en qué fondos poner sus ahorros a lo largo del tiempo, con escasa información y poca formación experta y que, por otro lado, excluye a los trabajadores aportantes de las decisiones que las administradoras adoptan sobre el destino de las inversiones con sus fondos.
En suma, un modelo previsional que traslada al individuo los riesgos y por lo mismo no genera seguridad alguna, sólo incertidumbres.
imagen vía: theclinic.cl