Descartando los equilibrios: Ley Marco de Cambio Climático da la espalda a los pueblos indígenas

Salvador Millaleo,

Prof. de la Fac. de Derecho de U. de Chile, coordinador del Programa Indígena 

El Covid está vinculado a la crisis climática no sólo porque también golpea más duramente a los más pobres y vulnerables, sino que por su origen se relaciona con la interferencia humana con el ambiente, la que se expresa en cómo animales salvajes son sacados o expulsados de sus hábitats a una escala cada vez mayor, generando desequilibrios cuyos efectos son sufridos por los humanos. Los bosques son indiscriminadamente talados, las minas excavadas y todo es convertido en fábricas agrícolas de modo no sostenible.

Debemos continuar los esfuerzos de acción climática destinados a controlar los efectos de la crisis ambiental, para procurar prevenir riesgos peligrosamente próximos. Ello requiere reconocer el rol que cumplen los pueblos indígenas en la valoración y protección de la biodiversidad.

Sin embargo, el proyecto de Ley Marco de Cambio Climático (Boletín Nº 13.191-12), actualmente en la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales del Senado, desconoce totalmente la importancia de los pueblos indígenas, sus derechos y sus valores ambientales.

Las Naciones Unidas ya han reconocido que los pueblos indígenas son muy activos en el cuidado de los numerosos ecosistemas en los territorios que habitan, logrando mejorar la resiliencia de los ecosistemas. Los pueblos indígenas interpretan y reaccionan a los impactos del cambio climático de manera creativa, aprovechando sus conocimientos ancestrales para encontrar soluciones que ayudan a la sociedad frente a esos cambios. Este aporte no es menor, pues los territorios habitados por los pueblos indígenas cubren el 80 % de la biodiversidad del planeta. Muchas de las regiones con mayor biodiversidad están protegidas debido a la resistencia de las comunidades indígenas en esas regiones. Son ejemplos evidentes de ello, la lucha de las comunidades indígenas – del Pueblo Mapuche – frente a la insostenible industria forestal en el sur, o las salmoneras en el extremo sur – por los pueblos Kaweskar y Yaghán -, o bien las mineras en el norte – por los pueblos Aymara, Quechua, Diaguita y Licán Antay – o el turismo desbordado en Isla de Pascua – por el Pueblo Rapa Nui.

Los valores de los pueblos indígenas contienen una ética ambiental que incluye una visión holística y la comprensión de la relación simbiótica de los pueblos con la naturaleza, protegiendo y manteniendo la interconexión e interdependencia en equilibrios fundamentales pero frágiles. A ello, se agrega un fuerte sentido de responsabilidad por las futuras generaciones, donde el pasado, el presente y el futuro se entrelazan en los ciclos de la tierra. Por otra parte, la visión indígena de pertenencia a la naturaleza, en lugar de servirse de ella, gobierna su comportamiento para salvaguardar los equilibrios ecológicos mediante el cumplimiento de deberes de reciprocidad.

A través de sus conexiones espirituales, éticas y prácticas con la naturaleza, los pueblos indígenas han desarrollado conocimientos de largo plazo y con una gran utilidad para preservar los ecosistemas, convirtiéndose en repositorios de aprendizaje y saber sobre cómo hacer frente al cambio climático a nivel local, anticipándose, preparándose y respondiendo eficazmente a los cambios, incluyendo a los desastres naturales.

En el Acuerdo de París sobre Cambio Climático de 2015, suscrito y ratificado por Chile en 2017, el art. 7,  numeral 5º señala que “Las Partes reconocen que la labor de adaptación debería llevarse a cabo mediante un enfoque que deje el control en manos de los países, responda a las cuestiones de género y sea participativo y del todo transparente, tomando en consideración a los grupos, comunidades y ecosistemas vulnerables, y que dicha labor debería basarse e inspirarse en la mejor información científica disponible y, cuando corresponda, en los conocimientos tradicionales, los conocimientos de los pueblos indígenas y los sistemas de conocimientos locales...”

Pese a que, como señala Jessica Cayupi, “una ley marco de cambio climático no se puede concebir sin la participación de los pueblos indígenas”, esto es precisamente lo que está sucediendo.

En la región, las leyes de cambio climático están cumpliendo mejor los compromisos internacionales. En particular, la Ley peruana marco de Cambio Climático Nº 30.754, de 2018, en su art 3, Nº 1, señala que su enfoque recupera los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas y su visión de desarrollo armónico con la naturaleza, en el diseño de las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático; en tanto, en su art. 22, reconoce el derecho a la participación de los pueblos indígenas en la formulación, seguimiento, y evaluación de las políticas referidas al cambio climático que los afecten.

El proyecto de ley, para desgracia de la ciudadanía, rompe con los compromisos internacionales, desconoce la experiencia comparada en la región y da la espalda a los conocimientos ecológicos tradicionales indígenas para enfrentar el cambio climático, negando sus derechos colectivos.

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