Tras la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de modernización tributaria del Gobierno, el Instituto Igualdad ha reflexionado acerca de los inquietantes perjucios del articulado que se despachó al Senado. En primer lugar, la eliminación de la desintegración parcial para las grandes empresas generará una disminución de la recaudación que se ha estimado en torno a los 835 millones de dólares anuales, que ha sido compensado por medidas de fiscalización que ejercerán un control parcial sobre la elusión. En síntesis, ahora los dueños de las empresas podrán descontar el 100% del gravamen entregado por su empresa al momento de pagar sus impuestos personales, reemplazando el actual tope de 65% para efecto del descuento. Este es un grupo reducido de empresarios y sus familias que dejarán de pagar casi 500 millones de dólares por año en impuestos.
Otro grupo de contribuyentes que se beneficiará con un menor pago de 335 millones de dólares son empresas transnacionales afectas al Impuesto Adicional, que no tienen firmado convenio de doble tributación con Chile. Ellas estaban afectas al tope de 65% del impuesto pagado por la empresa como descuento posible para pagar el 35% del impuesto adicional que afecta a las utilidades remesadas a casas matrices en el exterior. Este beneficio recaerá en una decena de empresas, todas ellas de gran tamaño.
Finalmente, los dueños de las empresas medianas, que venden más de UF 50.000 al año, unos 1.400 millones de pesos -con importantes utilidades-, también formarán parte del grupo beneficiado con el fin de la renta atribuida que complementa la reintegración. El efecto es adicional a los 835 millones de dólares estimados por Hacienda, ya que ahora las utilidades no retiradas quedan afectas a una tasa de 25%, muy por debajo del 35% que debieran pagar. En este grupo se encuentran unas 15.000 empresas, que enteran 50.000 empresarios beneficiados. Esta modificación dejará una menor recaudación que puede oscilar entre los 160 y 230 millones de dólares adicionales a los 835 millones de la reintegración.
Para el grueso de las restantes MYPES, no habrá efecto relevante ya que sus utilidades son bastante menores y son retiradas en su totalidad, con lo cual sus impuestos personales seguirán siendo los mismos que han pagado siempre. Estos empresarios MYPE son más de 500.000.