El impacto territorial de un discurso

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El 11 de septiembre de 1979, el general Pinochet se dirigió a la ciudadanía al cumplirse 6 años del “pronunciamiento militar”. Ese discurso es quizá uno de los más relevantes pues enunció ante el país siete pilares sobre los cuales se establecería el Chile del futuro.

Poco tiempo antes, José Piñera Echeñique, en la época con solo 30 años, había expuesto en distintos seminarios, en especial en la Universidad Católica, su idea principal donde señalaba que la economía de mercado era más digerible si se planteaba como una estrategia de desarrollo y no como un medio para mantener la estabilidad económica coyuntural. Roberto Kelly, uno de los autores de “El Ladrillo”, el plan económico de los militares y director de ODEPLAN, lo escuchó en una de esas oportunidades y gestionó que el joven Piñera expusiera sus ideas ante el mismísimo Capitán General y sus ministros.

En diciembre de 1978 el treintañero economista de la Católica ya se había incorporado al gobierno como Ministro del Trabajo, con un plan laboral hoy ampliamente conocido por sus contenidos y consecuencias.

Piñera llevó adelante la puesta en marcha de una reforma previsional de amplio alcance, con el apoyo técnico de un grupo de jóvenes profesionales liderado por Miguel Kast en Odeplan.

La dupla Piñera y Kast, con el soporte del Ministro de Hacienda Sergio de Castro, avanzaron en los principales cambios de base para la implantación de un nuevo modelo económico en Chile. Entre otros múltiples aspectos, se liberaron los controles de los colegios profesionales, las regulaciones al crecimiento urbano y las trabas a la importación de vehículos. También se inició la privatización de los servicios de salud y se instalaron los cimientos de la privatización educacional. Por su parte, Corfo se encargó de la liquidación de las empresas estatales.

Para ser más preciso con los años, podemos señalar que en 1979 se deroga la ley de desarrollo urbano, dejando al mercado del suelo sin regulación.

También en 1979 se aprueba vía decreto una nueva ley de rentas municipales y se crea el Fondo Común Municipal.

En 1980 se deroga el decreto que obligaba a las constructoras de vivienda a invertir en colectores de aguas lluvias cuando se construían nuevos conjuntos habitacionales.

En 1981 se crean vía decreto nuevas comunas, en especial en Santiago.

Ese mismo año se municipaliza la educación pública y la salud primaria.

También en 1981 se inician los procesos de erradicación de campamentos, reubicándolos en los márgenes de las ciudades.

En fin, es interesante observar que en el transcurso de 3 años, del 79′ al 81′, la dictadura cívico-militar toma importantes decisiones, expresadas en decretos y políticas públicas, de amplio impacto territorial.

Con la perspectiva del tiempo, queda claro que fue parte de un plan muy bien diseñado con dramáticas implicancias en la calidad de vida de las personas, sobretodo de los sectores pobres.

El plan tiene un nombre, son las llamadas «Siete modernizaciones» anunciadas por Pinochet ese 11 de septiembre de 1979. El autor de ese documento fue José Piñera quien copió el nombre de las «Cuatro Modernizaciones», plan implementado en China por Deng Xiaoping después de la muerte de Mao.

Ese 11 de septiembre de 1979, el general afirmó que ya estaban en marcha las reformas laborales, a la previsión, a la salud y a la educación. Pronto se iniciarían la modernización de la justicia, la renovación de la agricultura y la reforma administrativa. Ahí estaban las “Siete modernizaciones”

Así, entonces, de ese discurso se desprende el sistema regional actual; la educación municipal; la salud primaria administrada por las municipalidades; la configuración de las grandes ciudades chilenas, en fin .

El territorio de nuestro país quedó marcado por la alocución del dictador 45 años atrás.

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