Ya desde unos años atrás un grupo de académicos – Baño, Ruiz y Ruiz-Tagle- se han dado a la tarea de recuperar el pensamiento de Enzo Faletto, uno de los intelectuales más significativos y originales que ha tenido el Partido Socialista y, más ampliamente, la izquierda y el progresismo chileno.
Resulta muy recomendable la lectura de sus obras completas, editadas por Universitaria, y que recoge buena parte de su extensa producción intelectual y política. Faletto también se destacó por su rol formativo de nuevas generaciones, lo que se veía especialmente favorecido por su erudición y carisma. Para todos quienes lo conocieron no pueden sino reconocer la generosidad yelocuencia de su palabra. Más de alguien piensa que las verdaderas obras completas de faletto solo serían posible si alguien lo hubiese grabado en varios cientos de pequeñas reuniones y tertulias, donde brillaba su no solo su manera de pensar sino de decir lo que pensaba.
Para los socialistas, y especialmente para sus jóvenes, Faletto debiera ser una referencia en sus lecturas. En el Tomo I se recogen textos importantes sobre la estructura económica y social de Chile, así como sobre el pensamiento y la trayectoria histórica del Partido Socialista. Particularmente interesante son las reflexiones que aporta Faletto sobre la identidad y singularidad del partido Socialista chileno, en el concierto latinoamericano y mundial.
Muy importante que el PS comience a recuperar a intelectuales como Enzo Faletto como parte de su historia intelectual y teórica. Hace falta un homenaje a faletto en el PS.
Entender a Faletto es redescubrir un pensador critico de nuestro devenir como izquierda. En lo particular me parece muy interesante, el sentido agudo que tuvo para interpretar Las relaciones del pensamiento De Gramsci en Chile. En donde expone ya a mediado de Los 90′ que Paso con ese tremendo pensador international en nuestro pais, Aquel de la Guerra de maniobra a la de posiciones. En el mismo sentido considerando las claves gramscianas el PS, aun esta al debe con la Sociedad en el siglo XXI, es por eso que el analisis tan agudos como Los del profesor Enzo Falleto, son muy necesarios para seguir avanzado en un proyecto amplio del Socialismo en el siglo XXI.
Me parece que Antonio Gramsci sea una referencia decididamente a destiempo para el socialismo chileno; más aún, pertenece a un pasado que, en particular, en Italia y, más en general en la Europa de hoy, es solo historia (conocida por pocos).
A mi juicio el leninismo y el estalinismo -que son históricamente los mundos reales, ideales e ideológicos propios de la trayectoria gramsciana- no tienen ningún asidero ni ninguna perspectiva en el mundo del siglo XXI.
Basta citar un solo episodio que deja en evidencia el anacronismo del proyecto leninista y de sus derivados, entre los cuales se cuentan -justamente- el estalinismo y el gramscismo con su ambiguo lenguaje militar tÃpico de esa época.
Cuando en noviembre de 1917 Lenin pierde las elecciones a la Asamblea Constituyente, en la que triunfan los socialistas, no solo liquida con las armas a la misma A.C. que lo ha dejado en minorÃa, sino también a todos los partidos de izquierda -a partir de los socialistas-, excepto el suyo (bolchevique).
Asà nace el sistema de partido único y de ideologÃa obligatoria.
Considerando que la Asamblea Constituyente hoy también es tema en Chile, conviene recordar lo que en 1918 escribió Antonio Gramsci para justificar su clausura leninista por la fuerza de las armas: (se trata de)…»un parlamento de tipo occidental, elegido según los sistemas de las democracias occidentales. El proletariado ruso nos ha ofrecido un primer modelo de representación directa de los productores: los soviets. Ahora la soberanÃa ha vuelto a ejercerse en los soviets» (¡ojalá hubiese sido cierto!).
Otra lÃder histórica europea, Rosa Luxemburgo, tan revolucionaria como Lenin, Trotsky y Gramsci, encarcelada también ella al igual que Gramsci (y poco después asesinada), fue capaz de escribir clarito y sin rodeos aquello en lo que no estaba de acuerdo con Lenin y sus camaradas: …»demostraron un frÃo desprecio por la Asamblea Constituyente, el sufragio universal, las libertades de reunión y prensa, en sÃntesis, por todo el aparato de las libertades democráticas básicas del pueblo».
No existe ningún texto de Gramsci en que haya protestado o manifestado nunca ningún desacuerdo ni con Lenin ni con los crÃmenes genocidas cometidos por Stalin.
Por otra parte, recordemos que al inicio del acuerdo polÃtico-doctrinario de la unidad socialista chilena de 1989 se lee que “…el PSCh, como fuerza que lucha por el progreso social, proclama su inclaudicable voluntad de contribuir al constante perfeccionamiento de la democracia.â€
Saludos cordiales
Ricardo González Middleton