Miembro de la Comisión Política clandestina del PS por muchos años, su figura se acrecentó y se inscribió para siempre en las luchas socialistas y democráticas al asumir la presidencia del Movimiento Democrático Popular (MDP) en 1983.
En un momento difícil para la izquierda y el movimiento popular chileno Manuel Almeyda supo alzarse como una figura que daba testimonio de lucha cotidiana e infundía valor con su presencia; siendo cada vez más gravitante y de peso su opinión política. Para decirlo en pocas palabras cuando hablaba Manuel Almeyda se sabía que lo estaba haciendo siempre desde un interés general de la izquierda y del pueblo, y no de algún interés particular o de corto alcance. Por eso siempre su voz era especialmente requerida y escuchada.
Un médico de la vieja guardia, preocupado genuinamente de lo social, honesto y valiente. Una biografía y una trayectoria política de la cual se pueden sentir orgullosos los militantes del Partido Socialista.
Sus restos se velan en la sede del PS en la calle Paris y sus funerales se realizarán el viernes 17 de enero a las 12 horas en el Cementerio general.