“El secreto de sus ojos”: Argentina en el espejo de un thriller policial

Pocas películas logran reunir elementos de comedia, drama y suspenso, con tanta maestría como el último film de Juan José Campanella, “El secreto de sus ojos”. Si bien esta película cumple con todas las normas del thriller policial, de su trama argumental se desprenden situaciones hilarantes y románticas que matizan la casi siempre monotemática y estereotipada estructura del cine de suspenso norteamericano.

“El secreto de sus ojos” se centra en la vida de Benjamín Espósito –Ricardo Darín-, un funcionario judicial argentino que tras jubilar decide volcar sus últimos años de vida a escribir una novela basada en un crimen que marcó su vida profesional y personal. Así, con la excusa de contar una historia interesante, se lanza a la búsqueda de sus antiguas pasiones, de aquello que lo mantuvo vivo durante tantos años y que hoy parece haberlo abandonado. En un ir y venir de raccontos, Espósito rememora su vida en la caótica –sí, aún más caótica que hoy- Argentina de 1974 y nos cuenta como la justicia, la verdad y el amor, se le escaparon de las manos dejando en suspenso, en un limbo con preguntas sin respuestas, su vida por más de veinte años. Para reencontrarse con su pasado, Espósito se reúne con Irene Menéndez-Hasting –Soledad Villamil-, su antigua jefa en el juzgado, con quien compartió la experiencia que ahora quiere narrar. Juntos reviven el pasado que los atormenta y la tensión que alguna vez hubo entre ellos comienza a renacer. Sin embargo, los años han cubierto sus recuerdos con el manto de un olvido forzoso. Irene, con la convicción de haber construido una vida que ya no admite enmiendas, decide abandonar a Benjamín en su esfuerzo por reconstruir los hechos y darle sentido al presente. Pero la memoria es terca y se resiste al olvido. Como último recurso, Espósito viaja al campo en busca de Ricardo Morales –Pablo Rago-, el apesadumbrado viudo que dejó el crimen que hace veinte años le quita el sueño, a quien le prometió encerrar de por vida al asesino de su mujer. Ante él, en su mirada que aún conserva la pena de ese año en que se paralizó la vida de ambos, Espósito desentraña de la memoria la clave que le dio su amigo Sandoval –Guillermo Francella- para hallar al asesino: “un hombre puede cambiar todo, pero hay una cosa que no puede cambiar, de pasión”. Así, logra entender como otorgarle sentido a una vida petrificada en el recuerdo y retorna a Buenos Aires decidido a retomar sus pasiones, como si no hubiese pasado un día desde aquel año en que decidió postergarlas.

En este trabajo, Campanella reflexiona sobre: los límites de la justicia en una sociedad cuya institucionalidad se cae a pedazos, las barreras del amor entre dos personas que pertenecen a distintas clases sociales y la estrecha relación entre pasión y memoria. Sin salirse del marco del thriller policial, con sutiles trazos, “El secreto de tus ojos” aborda estos temas diferenciándose de otras películas del mismo género. Con gran acierto, Campanella describe los vicios de la justicia argentina, las tensiones que se generan entre la “ética de la responsabilidad” de un funcionario judicial y la falta de rigor moral que corroe a todo el Poder Judicial durante el gobierno de Isabel Perón –y que, sospecho, aún hoy existe-. Además, retrata las barreras de clase que emergen para impedir el encuentro amoroso entre dos personas, cada vez que es posible refrendarle a la parte más débil su color de pelo o apellido. Y, a su vez, como telón de fondo, imprime sobre el celuloide las ansias de venganza, justicia y memoria, que aún perviven en una sociedad que no logra desprenderse de los mantos de olvido, las componendas y los resabios, más populacheros que populares, del peronismo en todas sus vertientes. Sin embargo, consigue este objetivo sin utilizar las herramientas del cine político o de denuncia social, por el contrario, recurre al drama de una historia íntima, desprendida de juicios totales, para relatar en paralelo el drama de la sociedad argentina.

Pero las anteriores no son las únicas razones por las que ésta puede ser considerada una gran película. Las obras más recordadas del cine latinoamericano suelen retratar los conflictos políticos y sociales de este lugar del mundo en un intento, un tanto desesperado, por desmarcarse del cine norteamericano y sus géneros más tradicionales, dentro de los cuales está el thriller policial. Sin embargo, en su último trabajo, Campanella aborda esta temática, subvalorada por la cinematografía latinoamericana, utilizando algunas de las técnicas del cine hollywoodense sin perder el sello argentino. Sí, porque esta película no gira sólo en torno a persecuciones e intrigas policiales. De tanto en tanto, el guión deja entrever la hilarante cotidianeidad de la sociedad argentina y la chapucería de sus instituciones. Virtud que resulta potenciada por la genial actuación de Darín y Francella. Pero el espíritu innovador de Campanella no se agota en estos trazos de comedia en torno a un guión policial. El espectacular plano de secuencia de más de cinco minutos, que comienza con una toma aérea y finaliza con una persecución que nada tiene que envidiar a la escena final de “Carlito’s Way”, demuestra que es posible emular la espectacularidad técnica del cine norteamericano sin perder la particularidad latinoamericana.

Sin lugar a dudas, “El secreto de tus ojos” es una película que tiene el éxito garantizado. Más de dos millones de argentinos la han visto y la crítica internacional no para de alabarla. La intromisión de Campanella en un género hasta ahora dominado por la iconografía norteamericana, combinando las claves del cine latinoamericano con la espectacularidad de la industria hollywoodense, demuestra que es posible colonizar bastiones culturales foráneos, alcanzar éxito comercial, y no perder la sintonía con la tradición artística de este rincón del mundo.

Relacionado

Comments

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.