Hasta donde se sabe, no hay mayores contactos entre las nuevas autoridades y la estatal petrolera y se desconocen los cambios o ajustes que tienen previstos, tanto a nivel de directorios como de administración. Tampoco se ha informado a ENAP, si habrán variaciones en las directrices operativas, ya sea en lo referido a objetivos, inversiones o proyectos o bien, si habrán cambios por la coyuntura post terremoto.
Dada la importancia del petróleo y sus derivados en la economía del país y en el papel estratégico que debe jugar ENAP, no parece razonable esta aparente despreocupación. Recordemos que el Sector Transporte se mueve en un 98 % gracias a los derivados del petróleo, especialmente gasolina y diesel.
Por ejemplo, con motivo del reciente terremoto nos hemos enterados, que al momento de ocurrir este, el país contaba con petróleo diesel para 10 días y gasolina para dos semanas. También nos hemos informado que la refinería de Bio Bio quedaría detenida por haber sufrido daños estructurales. Para paliar esta situación ENAP inició de inmediato acciones para hacer las importaciones correspondientes de productos limpios y continua haciéndolo.
Las consecuencias del terremoto en este aspecto, aparentemente, se han logrado superar satisfactoriamente pero, no se debe olvidar que cuando hablamos de interrupción de suministro de petróleo y sus derivados ello se puede originar, además de por efecto de un desastre de la naturaleza, por una “ruptura del abastecimiento internacional de petróleo”. En relación a esto último nuestro país, que sepamos, no ha tomado ninguna precaución especial.
Distinta es la actitud de los países de la OECD quienes por medio su Agencia Internacional de la Energía (IEA, por su sigla en inglés) cuentan con un sistema de respuesta para enfrentar una situación de emergencia en el abastecimiento de petróleo. Este sistema data de 1974, año de fundación de la IEA.
Los mecanismos de respuesta exigen que los países miembros mantengan un nivel de reservas equivalente, como mínimo, a 90 días de importaciones netas de petróleo del último año, y que en caso de una ruptura del suministro de petróleo, hagan uso de de dichas reservas, restrinjan la demanda, recurran a otros combustibles, aumenten la producción propia, o compartan el petróleo disponible si fuera necesario.
Se ve del más alto interés implementar un sistema similar en Sudamérica, y en tales circunstancias el papel de ENAP sería crucial. Esto viene a confirmar lo indicado en un artículo anterior en este mismo sitio web en el sentido que es fundamental para la seguridad energética futura del país, contar con una empresa especializada en el rubro, sólida y conocida internacionalmente para enfrentar la “crisis del petróleo” que se avecina.
Diversas organizaciones han estado dando la voz de alarma haciendo presente que terminada la crisis financiera, tan pronto se recupere la economía mundial, se producirá el aumento de la demanda de petróleo, situación para la que la industria petrolera no se encontraría preparada.
Independiente de la circunstancia señalada anteriormente, en el mediano y largo plazo, también existe incertidumbre sobre la solidez del mercado proveedor mundial de petróleo, que podría llevar a volatilidad de precios, alzas desmesuradas e inseguridad de suministro.
Frente a ello, hace mucho tiempo que países como China están adquiriendo o participando en empresas petroleras en el extranjero, justamente por no tener suficientes reservas en su propio territorio.ENAP tiene su brazo internacional que es SIPETROL la que actualmente opera en Egipto, Ecuador y Argentina y lo lógico sería potenciar su actividad. Es de esperar que el nuevo Gobierno acelere el aprendizaje y comience a mirar los temas mencionados, no ya desde un punto de vista como hacer utilidades en el corto plazo, sino con una visión estratégica y de largo plazo del país.