Balance de la administración Boric: Pese a todo, el país está mejor que hace dos años

Al cumplirse los dos años del gobierno de Gabriel Boric, se abrió la hora de balances. Hora en que politólogos, dirigentes y analistas suman y restan en lo bueno y en lo malo de acuerdo a su posición política y a sus propios interesesLas páginas y los espacios radiales y televisivos se llenaron de agotadoras entrevistas o reportajes sobre el punto con un denominador común entre los opositores: que no se ha hecho nada y que el país sigue al borde del colapso como lo predijeron desde el primer día del gobierno. Si una parlamentaria incluso llegó a decir que “este gobierno es un peligro para Chile”. Es más. El diputado Republicano Juan Irarrázavalcalificó al gobierno como “incompetente”, sentenciando que “no hay ningún tipo de esperanza con una administración que no es consciente del grave daño que le ha hecho a Chile. Han sido dos años para el olvido y los próximos serán aún más desoladores”. Un poco más o un poco menos, ese es el discurso que han desarrollado en la derecha, incluyendo a quienes no quieren ser catalogados de tales: Amarillos y Demócratas de Ximena Rincón.

Es cierto que de todo lo presupuestado, poco se ha podido cumplir. Es que no tener mayoría en ambas Cámaras ha significado estrellarse con el muro casi infranqueable que levantó la derecha desde hace dos años. De hecho, la reforma previsional sigue estancada y es objeto del chantaje de la derecha que quiere paralizarla. Se sumó la desestabilización del gobierno luego del plebiscito de salida de 2022, cuya pérdida significó un duro golpe para el Presidente. Élse había jugado por la aprobación de la propuesta constitucional. Fue el momento de la derecha.

Y sin embargo se mueve…

Pero, tal como dijo Giordano Bruno en la hoguera, y aunque les pese a muchos, el país se ha movido para bien en estos dos años, aunque hay mucho aún por realizar. Si es que se puede. Los peores pronósticos hechos por la derecha -entre ellos que se iba a desatar una recesión incontrolable, y que la inflación sería la peor de todas- no se cumplieron. Se frenó la inflación yse controló la deuda pública vía ajuste –tal vez el más grande de los últimos años- cuestión que se hizo sin aumentar la pobreza y la desigualdad en el país, según afirmó la ministra del Interior Carolina Tohá.

Tras fatigosas jornadas en el Parlamento, se lograron aprobar proyectos importantes que benefician a chilenos y chilenas y que para la derecha habría sido muy difícil explicar por qué se oponían. Trataron, pero no lo lograron. Debieron entonces sumar sus votos a contrapelo.

Ahí está el Royalty Minero, ley que entrega millonarios recursos para el desarrollo de las regiones. Ahí está también la aprobación del salario mínimo, que va a significar un inmenso cambio para los ciudadanos más abandonados del país. En  dos meses más pasaran de 350 mil pesos a 500 mil pesos. Es decir, si en un hogar hay dos personas trabajando, será un millón de pesos para mirar el futuro con algo más de tranquilidad.

En el debe y el haber del gobierno se cuenta también que más de 50 mil familias han logrado cobrar su pensión de alimentos. La emigración descontrolada en que dejó al país el gobierno de Piñera, finalmente se pudo detener. Lo mismo la violencia en la macrozona sur. ¿Quién se recuerda hoy de los incendios indiscriminados y los robos de madera, cuyas autorías eran dudosas, que eran el pan de todos los días en la macrozona sur? En concreto, de acuerdo a cifras policiales, la violencia ha bajado allí en un 57 por ciento.

En medio de tantas dificultades, el gobierno ha impulsado otras iniciativas de claro beneficio en favor de los sectores populares: la ley que reduce la jornada laboral a 40 horas, el Bolsillo Familiar electrónico, la ampliación del SUF, el copago cero en Fonasa, la incorporación del país al acuerdo de protección ambiental de Escazú. Eso, sin contar los esfuerzos económicos y de modernización para enfrentar la delincuencia y la inmigración indiscriminada.

El problema es que muchos de los avances son silenciados por la prensa de derecha –la mayoría en el país- , quien se da un festín diario con asesinatos y robos, sin mencionar las medidas que se han adoptado, sin mencionar los avances que las policías han logrado, y por cierto, sin reparar en el daño que le hacen a la población en general que camina por las calles aterrada por la posibilidad de ser víctima de algún delito. Es la campaña del terror en la que la derecha es experta y que probablemente se pondrá en funcionamiento a toda velocidad en los próximos meses.

Es cierto que aún falta mucho por hacer. Los desafíos son inmensos y parten por el control de las bandas del crimen organizado. Bandas que aparecieron en Chile –gracias a las puertas que se le abrieron de par en par a la inmigración de distintos países, particularmente de Venezuela-, y modos de delinquir nunca antes vistosen el país. Está todavía en el debe del gobierno. Y ellos están confiados en que en los próximos dos años mucho de esta inseguridad y de la violencia de las bandas como el Tren de Aragua, habrán disminuidocon. No es casualidad que el Presidente y sus ministros hayan enfatizado que:“Nosotros recibimos un país en una situación muy complicada y hoy día el país se ha normalizado y estamos cumpliendo”. Con respecto a los próximos dos años de su mandato, el Presidente Boric enfatizó que “tenemos desafíos pendientes, en particular en materia de seguridad y darle empuje al crecimiento económico, pero yo no tengo ninguna duda de que este Gobierno va a entregar un país mucho mejor que el que recibió“.

La segunda etapa

Esta segunda y última etapa de la administración de Gabriel Boric se da en medio de las tensiones ya desatadas en el escenario político, por la cercanía de las elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores y por cierto, de las cartas presidenciales en dos años más. Aunque se insista en que es demasiado pronto para las campañas presidenciales, lo cierto es que en la derecha hace rato está corriendo  en solitario Evelyn Matthei, quien incluso ya tiene trabajando en un futuro programa de gobierno a un equipo nuevo de asesores.

Una situación que ha prendido las alarmas en los Republicanos de Kast –porque también están los Republicanos más duros del autonominado candidato Kayser- y que tienen presupuestado instalar de nuevo a José Antonio Kast como su candidato en todo el país. Este recorrerá regiones y provincias pidiendo el voto para sus nominados a los municipios desde Arica a Punta Arenas.

Curiosamente, por ahora, en el oficialismo se ha tomado el proceso electoral con una calma que es digna de aplausos. No ocurre lo mismo en las derechas, donde ya las espadas salieron a relucir y se desató una guerra campal entre quienes tratan de proteger a todo evento su frágil bloque político, a mal traer hoy con la ausencia de quien era capaz de ordenar las filas: Sebastián Piñera.

Probablemente de haber vivido, Marcela Cubillos, su ex Ministra y ex convencional, no se habría atrevido a lanzar su candidatura al municipio de Las Condes –una sandía calada para la derecha- el mismo día en que se conmemoraba un mes de la desaparición de Piñera. Habrá que estar atentos a la rivalidad que tiene con María José Hoffman. Por ahora, Cubillos no ha pensado en renunciar a sus aspiraciones, pese a las presiones que hay desde la UDI, su antiguo partido. De hecho, comenzó a recoger firmas para presentar su candidatura. Ellos preferirían verla compitiendo en Santiago o Maipú, para recuperar terrenos perdidos.

El presidente de la UDI Javier Macaya fue claro en su preferencia para Las Condes: “cuando éramos oposición solamente dos partidos, Renovación Nacional y la UDI, las negociaciones municipales muy difíciles, y terminaban en peleas duras entre la UDI y Renovación Nacional. Ahora la oposición es mucho más amplia, no solamente tenemos a Evópoli en la coalición, tenemos a los republicanos, al Partido de la Gente, a Amarillos, a Demócratas. Tenemos un universo de partidos y una diversidad, que no es fácil, hace más difícil la gobernabilidad”.

“En la municipalidad de Las Condes hay una alcaldesa que está haciendo bien su trabajo, que ha dicho que quiere ir a la reelección y por lo tanto, no se ha generado ese supuesto mensaje unitario (…) la manera de juntar firmas por fuera de la institucionalidad de la oposición al final lo que hace es hacerle un daño a lo que significa la unidad de propósito de la oposición”, sentenció Macaya.

“Esa unidad no se ha generado todavía y nosotros esperamos poder conversar con ella (Cubillos) para que no solamente pueda pensar en un desafío en una comuna del sector oriente, sino que también lo pueda asumir como la posibilidad de un desafío en otro lugar”. Es, en realidad, una noticia en pleno desarrollo.

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