Señor Director:
La definición de capitalismo de su editorial de ayer (empre‐ sa privada más libre mercado) es inobjetable, pero ignora la contradicción entre ambos componentes que es inherente al sistema capitalista: la empresa privada, especialmente la gran empresa, tiende al monopolio y por tanto a la destruc‐ ción de la libre competencia.
Quien primero planteó brillantemente esta contradicción fue Adam Smith. Conocida es su referencia en “La Riqueza de las Naciones” a que “es raro que se reúnan personas del mismo giro de negocio, aunque sea para divertirse y dis‐ traerse, y que la conversación no termine en una conspira‐ ción contra el público o en alguna estratagema para subir los precios”.
Menos conocido pero más explícito es un párrafo posterior, en que afirma: “la mezquina rapacidad y el espíritu mono‐ polista de los comerciantes y los industriales, que no son ni deben ser los gobernantes de la humanidad, es algo que aunque acaso no pueda corregirse, sí puede fácilmente conseguirse que no perturbe la tranquilidad de nadie salvo la de ellos mismos”.
Ya en Smith está claro que la libre competencia requiere de intervención estatal para resguardarla; este será sin duda un elemento central en el capitalismo pospandemia.
CARLOS FORTIN