Una nueva Constitución con mirada feminista

Lideresas políticas de distintos países latinoamericanos analizaron la participación de las mujeres y su incidencia histórica en los procesos constituyentes como el que se ha iniciado en Chile. Convocadas por el Instituto Igualdad, la Vicepresidencia de la Mujer del Partido Socialista y la Fundación Friedrich Ebert (FES), respondieron a la pregunta de por qué es importante para las mujeres tener una nueva Constitución, durante el Seminario Internacional «Feminismo y Nueva Constitución».

Al dar la bienvenida a los convocados/as, Clarisa Hardy, Presidenta del Instituto Igualdad, destacó que los/las socialistas están viviendo un periodo histórico donde nadie se hubiera imaginado la posibilidad de una nueva Constitución en democracia. Simone Reperger,  representante en Chile de la FES, repasó -por su parte- la ínfima cantidad de mujeres que ocupan cargos públicos en el Estado.

El presidente del PS, senador Alvaro Elizalde, indicó que la esencia del socialismo es enfrentar todo tipo de discriminación, desigualdad y abuso en todos los ámbitos. Y, para eso, “el feminismo es fundamental”.  

Indicó que las mujeres, al igual como lo hicieron en dictadura, han dado una lección de consecuencia y unidad. “Los hombres debemos aprender a estar al lado o detrás de las mujeres”, por lo que comprometió todos los esfuerzos  del socialismo para seguir insistiendo en la necesidad de tener paridad de género en este proceso constituyente.

Catalina Lagos, abogada y Coordinadora del Programa Género de Igualdad, opinó que lo que Chile está viviendo hoy es un “momento constitucional”. Es decir: cuando los actores sociales movilizados están poniendo en duda el statu quo. En esa ciudadanía involucrada, indicó, las mujeres han estado especialmente presentes. 

Dijo que la actual Constitución está ligada a la precariedad y a la desigualdad por lo que, para que haya un verdadero acuerdo constitucional, debe haber mujeres presentes. “Esta Constitución no recoge las vivencias de las mujeres, por lo que la mitad del país está ausente”.

Heidy Sánchez, concejala de Bogotá, destacó que Colombia ha sido un país atravesado por la violencia, gobernado permanentemente durante los años ´80 por estados de excepción y con 80 mil detenidos desaparecidos, la mayor cantidad de víctimas de la región.

Los países comienzan los procesos de distintas maneras y Colombia lo hizo a través del movimiento de la séptima papeleta, que surgió cuando 2 millones de personas ingresaron a las urnas –en el marco de elecciones presidenciales y parlamentarias- un voto entregado al ingreso de los establecimientos que invitaba a votar sí o no por una nueva constitución. La masiva respuesta por el Sí obligó a la Corte Suprema de ese país a reconocer el derecho a iniciar un proceso constituyente. 

Patricia González, politóloga y militante del Frente Amplio de Uruguay fue muy crítica respecto del concepto de la “Suiza de América” con que se refieren a su país. Indicó que  se construyó en base al genocidio de los pueblos indígenas y a la subordinación de los descendientes africanos que llegaron a sus puertos como esclavos. Sin embargo, la Constitución que rige a los uruguayos es de “máxima”, es decir, que todo está en la Constitución y no se puede realizar ni un cambio si no es con plebiscito y así es como se han rechazado la privatización del agua, entre otros. Dentro de los avances de género en su país, destacó las leyes que consagran el aborto hasta las 12 semanas, por lo que no hay mortalidad materna de mujeres pobres. Se reconoce el matrimonio igualitario, ley para personas transexuales y sus derechos fundamentales y ponerles el apellido de las mujeres a hijos o hijas. 

Opinó que el feminismo no existe, existen los feminismos porque  no todas las mujeres son iguales. La izquierda tiene que hacerse preguntas y ser autocritica porque “comienza a quedarse masculina, vieja y blanca”.

Francisco Zúñiga, profesor de la Universidad de Chile y Coordinador del Programa Constitucional de Igualdad, dijo que la actual Constitución es un decreto ley de la dictadura sometida a un plebiscito que fue una gran farsa por lo que es imperativo que sea derogada. “Es una Constitución neoliberal y autoritaria, con un presidencialismo autoritario. La nueva Carta debe recoger la tradición liberal, los derechos de propiedad, el voto obligatorio, los derechos económicos, sociales y culturales, debe hacerse cargo del tema indígena, del feminismo, de las minorías, de los migrantes y del pluralismo del territorio. Empalmar con el nuevo constitucionalismo en América Latina con la de Brasil y de Colombia”, señaló.

La paridad es la nueva forma de ver la democracia

 Las y los convocados coincidieron en que la convención constituyente debe ser paritaria. Las cuotas se justifican en la discriminación histórica que han vivido las mujeres y buscan mayor participación femenina. Sin embargo, son temporales y existen hasta que se corrija esa discriminación. La paridad es algo totalmente distinto y surge como una propuesta para rearticular la concepción de democracia representativa. “Para que la democracia sea representativa las mujeres deben estar presentes en los órganos de decisión y en los procesos, al igual que los hombres. Así, se plantea una nueva forma de democracia que para las socialistas es fundamental. Para siempre debe haber una participación equilibrada. Más allá de la justicia de la paridad, está comprobado que cuando las mujeres entran a las instituciones cambian las dinámicas”, apuntó Catalina Lagos.

Pese a este reclamo por paridad, éste y otros temas no fueron aceptados por la derecha en el acuerdo. Independientemente de insistir en ello,  la paridad -dijo Zúñiga- “tiene pronóstico reservado”.   

Karina Delfino, Secretaria Ejecutiva del Instituto Igualdad y Vicepresidencia de la Mujer del PS, dijo que “debemos generar los mejores mecanismos para garantizar la participación paritaria de las mujeres en el órgano llamado a redactar la Constitución. Somos la mitad de la población, por tanto nuestra representación tiene que ser paritaria en el órgano constituyente. La convención constituyente requiere ser lo más representativa de la sociedad chilena, para eso se necesita que la mitad sean mujeres”.

Recalcó el papel relevante de las mujeres en los procesos de movilización  vividos en nuestro país, como el mayo feminista de 2018 o la intervención del colectivo Las Tesis, con su performance “Un violador en su camino”, que ha sido emulada en todo Chile y el mundo. La nueva Constitución es una oportunidad para profundizar la democracia y conquistar la verdadera igualdad y justicia de género en Chile, concluyó Delfino.

 

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