Cambios de domicilio: menos participativos, dispersos territorialmente, no fue acarreo
Alfredo Joignant, Universidad Diego Portales-COES
Mauricio Morales, Universidad Diego Portales-COES
Claudio Fuentes, Universidad Diego Portales-CIIR
Tras la bullada polémica sobre los cambios involuntarios de domicilio electoral que fueron provocados por el Servicio de Registro Civil, contamos con suficiente evidencia estadística para elevar los rangos de certeza respecto de la incidencia que estos potenciales electores podrían tener en los resultados de las elecciones municipales. Disipamos además, de modo categórico, la ilusión –porque eso es- de que podríamos estar en presencia de un fraude electoral. Nada más alejado de la realidad.
Los datos con los que hemos trabajado son de dos tipos. En primer lugar, tenemos a la vista los RUT de los 463.442 electores cuyo domicilio electoral fue automáticamente cambiado por el solo hecho de haber realizado un trámite en alguna oficina del Servicio de Registro Civil, la comuna de origen y la comuna de destino, sin ninguna otra información (como por ejemplo domiciliaria, telefónica, postal, etc.). En segundo lugar, utilizamos la información de la que dispone SERVEL sobre si estos 463.442 electores concurrieron a votar con ocasión de la primera vuelta de la elección presidencial de 2013, emulando la metodología inteligentemente utilizada por Loreto Cox y Ricardo González sobre los “Cambios en la participación electoral tras la inscripción automática y el voto voluntario” (Centro de Estudios Públicos, Debates de política pública, Nº14, marzo de 2016).
De los 463.442 electores trasladados hacia otras comunas, un total de 438.371 pudo potencialmente votar en la primera vuelta presidencial de 2013. De este último universo, y considerando la información recabada desde el SERVEL, se advierte que los electores trasladados votaron menos que el promedio nacional. Precisemos el argumento. Si para aquellas elecciones el cálculo de participación arrojó un resultado de 49.4%, los electores trasladados votaron en un 40.4% (esto es 9 puntos menos). La región que concentra el mayor volumen de traslados es, naturalmente, la Metropolitana, con el 47.8%. De los 209.596 trasladados, votaron en 2013 un total de 97.040. Es decir, un 46.3%. Las cifras de participación caen significativamente en las regiones del extremo norte y del extremo sur del país, lo que tiene correlato con el comportamiento territorial de la participación en elecciones nacionales: más baja en los extremos y más alta en el centro.
Tabla 1. Participación electoral de los trasladados (cambios de domicilio)
Retirados | Retirados que votan | % de retirados | %retirados que votan | |
XV | 5845 | 836 | 1,3 | 14,3 |
I | 9439 | 2127 | 2,2 | 22,5 |
II | 12612 | 2598 | 2,9 | 20,6 |
III | 6831 | 1788 | 1,6 | 26,2 |
IV | 12707 | 4537 | 2,9 | 35,7 |
V | 50451 | 22064 | 11,5 | 43,7 |
RM | 209596 | 97040 | 47,8 | 46,3 |
VI | 15351 | 6784 | 3,5 | 44,2 |
VII | 16433 | 5993 | 3,7 | 36,5 |
VIII | 46588 | 18541 | 10,6 | 39,8 |
IX | 20355 | 6389 | 4,6 | 31,4 |
XIV | 7951 | 2354 | 1,8 | 29,6 |
X | 15523 | 4760 | 3,5 | 30,7 |
XI | 3105 | 583 | 0,7 | 18,8 |
XII | 5584 | 808 | 1,3 | 14,5 |
Total general | 438371 | 177202 | 100,0 | 40,4 |
Fuente: Elaboración propia con datos de SERVEL
Sobre la base de información desagregada hasta el nivel individual, cruzamos la comuna de origen de cada elector y su comuna de destino. Nuestro objetivo es detectar posibles patrones en los cambios de domicilio de los votantes. Acá se contraponen dos tesis. Primero, que podría haber habido manipulación del padrón, concentrando por algún motivo el traslado de votantes hacia comunas electoralmente estratégicas y/o competitivas. Segundo, que en realidad más que un intento de manipulación del padrón, lo que hubo fue la modificación arbitraria de los domicilios electorales de los ciudadanos por parte del Registro Civil. La única forma de probar ambas tesis es sobre la base de evidencia estadística.
La tabla 2 muestra el destino de los electores según comuna. En el caso de Santiago, por ejemplo, los traslados desde esta comuna capitalina fueron principalmente hacia Maipú, Ñuñoa, Puente Alto, Providencia y Las Condes. Sin embargo, los porcentajes son bajos, lo que indica que existe una alta dispersión de esos traslados. En otras palabras, queremos decir que -de acuerdo a esta evidencia- los traslados parecen ser aleatorios y desconcentrados comunalmente. De hecho, las 6 comunas que concentran el mayor porcentaje de trasladados desde Santiago suman tan sólo el 37% –pero en ninguna comuna de destino supera el 8,2% individualmente. El otro 63% está muy disperso en el resto del país. Presumiblemente, varios electores de regiones hicieron algún trámite en el registro civil de Santiago, quedando inscritos en la comuna. Luego, si la pregunta es por el criterio político de la distribución, las 6 comunas que concentran los traslados tienen lecturas políticas diferentes. Si bien es cierto que estos traslados podrían impactar en Ñuñoa o Providencia, difícilmente lo harán en Puente Alto, Las Condes o La Florida. Además, es razonable que esos traslados se concentren en comunas vecinas. Así las cosas, es plausible que un elector de Santiago trabaje en Providencia y Ñuñoa, y haya realizado un trámite en el registro civil de esas comunas.
Tabla 2. Porcentaje de trasladados según comuna de origen y comuna de destino (selección de comunas emblemáticas)
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Fuente: Elaboración propia con datos del SERVEL
En Providencia sucede algo diferente. Acá la migración de electores está concentrada en Las Condes y Ñuñoa. Entre ambas suman más del 30% de los traslados. ¿Existirá algún criterio político tras esta decisión?, ¿pueden afectar estos traslados el resultado electoral en la comuna de Las Condes? En el caso de Ñuñoa es posible que estos nuevos electores alteren el resultado, pero también se debe tener en cuenta que Providencia y Ñuñoa son comunas geográficamente vecinas. Nuevamente, es probable que un elector de Providencia haya hecho algún trámite en el registro civil de Ñuñoa, con lo cual quedó inscrito en esa comuna. Si existiera algún criterio político en la reasignación de domicilios electorales, entonces lo esperable sería una concentración clara en las comunas más competitivas. Esto, a la luz de los resultados, no se produce. Por tanto, toma más fuerza la tesis del cambio procedimental del Registro Civil en comparación con la tesis del fraude electoral. Lo que argumentamos es que en los casos de Providencia, Santiago y Ñuñoa la coincidencia de los traslados -que está lejos de ser un porcentaje significativo- se produce por cuestiones cotidianas que dicen relación con el eventual domicilio laboral de los electores.
Al observar el destino de los trasladados desde Ñuñoa hacia otras comunas, naturalmente ese traslado se concentra en Providencia -comuna vecina-, aunque la cifra es de sólo el 10.2%. Le sigue Las Condes con el 9%, Santiago con el 7.6% y Peñalolén con el 6.8%. Nuevamente, los traslados parecen ser aleatorios, al menos si se trata de explicarlos en función de criterios políticos. Difícilmente los trasladados afectarán el resultado en Las Condes o Peñalolén. Recalcamos que esto es posible en comunas como Providencia o Santiago, pero -nuevamente- subrayamos que el error es aleatorio, afectando a las comunas vecinas de manera más o menos similar. Esto también sucede en el caso de Recoleta. Los trasladados migran en un 9% hacia Quilicura, 7.9% a Santiago, 6.2% a Puente Alto, 6.2% a Huechuraba. ¿Se puede hablar de manipulación del padrón con cifras tan desconcentradas territorialmente? Claramente no. Si hubiese un interés político, observaríamos porcentajes más concentrados en algunas comunas donde existen carreras estrechas.
Los casos que muestran mayor concentración son los de La Pintana y Valparaíso. En el caso de La Pintana, un 22.7% migra hacia Puente Alto. ¿Será factible que esos votantes alteren el resultado de una comuna segura para RN? En Valparaíso, en tanto, un 31.8% migra hacia Viña del Mar. ¿Es posible que estos traslados afecten la re-elección de la alcaldesa de la UDI? En ambos casos, la respuesta no es “improbable”: es “sumamente improbable”.
En función de estos resultados estamos en condiciones de sostener dos cosas. Primero que los trasladados -al menos en 2013- votaron en menor proporción en comparación al promedio nacional. Segundo, que los trasladados de domicilio electoral tienen un comportamiento aleatorio, sin perjuicio de que en algunos casos exista una concentración marginal hacia comunas vecinas. Cuando se produce una concentración de mayor envergadura, se hace en el contexto de comunas escasamente competitivas. Por tanto, no hay razones empíricas para respaldar la tesis del fraude. Lo que hubo, claramente, fue el ya conocido procedimiento de cambio de dirección implementado por el Registro Civil.