El Historiador de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Francisco Melo, asumirá la presidencia de la JS, para el período 2016-2017, luego que la lista que lideraba “Unidad Socialista para Avanzar” triunfara en las elecciones realizadas en abril. De este modo, conducirá la organización junto a Niki Cardoch, en la Secretaría General y a Francisca Figueroa, en la Vicepresidencia de la Mujer.
En esta entrevista, define cuáles serán sus prioridades para fortalecer la influencia de la organización en la agenda política de los próximos doce meses.
¿Cuáles son los desafíos que asume como presidente de la Juventud Socialista?
La Juventud Socialista tiene que hacerse partícipe en tres desafíos muy contingentes: el refichaje, el proceso constituyente y las elecciones municipales.
Respecto del refichaje, es muy importante que nuestros militantes vuelvan a inscribirse. Pero, además, es necesario hacer un llamado a la ciudadanía, en su conjunto, a formar parte del socialismo chileno, en la construcción del Chile que queremos erigir
Sobre el proceso constituyente, es lógico, la discusión sobre éste es la construcción del país que soñamos y la Juventud Socialista tiene que estar presente con ideas y propuestas que instalen nuestra visión sobre la sociedad que apuntamos a crear
En cuanto a las elecciones municipales, es un desafío para la JS mantener el espacio que ya tiene y que debe profundizar aún más.
Si hiciera un diagnóstico actual de la Juventud Socialista, ¿Qué aspectos considera necesario reforzar para fortalecerla como organización?
La Juventud del futuro se debe mover, al menos, en tres temas: identidad, ideas y territorio. En identidad, porque hay que recuperar y ensalzar una historia y, para eso, debemos tener los mejores cuadros políticos en cualquier ámbito en que se desenvuelvan, que sean honestos representantes del derrotero del socialismo chileno. Somos socialistas y partimos de esta base. Ese orgullo de ser socialista tenemos que recobrarlo en la acción política. Ser socialista no es lo mismo que ser parte de otro movimiento.
Tenemos una historia y cuando uno se interioriza de ella, se va sintiendo de otra forma, creo yo. Por tanto, apelamos a revitalizar su historia. Nosotros somos parte de quienes industrializamos el país, somos los hijos de Salvador Allende, somos la historia de los últimos 80 años. Hay muchas cosas por las cuales un socialista puede sentirse orgulloso de su historia.
El PS nació el año 1933, como consecuencia de un movimiento cívico-militar, de origen heterogéneo. Fuimos el primer partido que tuvimos una mujer alcalde. Eso no es menor. Las primeras organizaciones femeninas estaban vinculadas al Partido Socialista de Chile. Estela Díaz, una gran poeta, que dejamos, a veces, de lado, militó en el PS. Y así sucesivamente.
El Partido Socialista tiene una historia. El tema es cómo lo revitalizamos. Por lo mismo, porque no sólo de la memoria puede vivir el ser humano, la JS debe pensar en sí misma, en cómo visualiza al país, en cómo debe empoderarla en todo sentido.
Creo que la vinculación con el Instituto Igualdad y con otras fundaciones es esencial. Es necesario revitalizar lo que es la Secretaría de Estudios y Programas, armar espacios de discusión y reflexión política.
¿Cuál es la identidad de la Juventud Socialista hoy en Chile?
La JS es inminentemente popular. La mayoría de nuestros militantes son de los sectores más pobres del país. Hay algunos que son de clase media ó media alta, y es lógico que sea así, porque en su historia ha sido un partido multiclasista. Pero la JS es, esencialmente, popular. Somos de San Bernardo, Lota, La Pintana, Vallenar, San Ramón, El Bosque, Recoleta, Angol y Quinta Normal.
Debemos ser capaces de visibilizar los problemas de los jóvenes de sectores populares. No para que el partido los coopte o amolde, sino para que ellos, en su autonomía y expertise de militantes, sean capaces de otorgarle otras visiones al mundo social y otorgarles también la vinculación con la política.
Por eso es importante el trabajo territorial. No estamos realmente insertos en las discusiones de lo que pasa en el mundo local. En los conflictos, por ejemplo, medioambientales, en las juntas de vecinos. Ahí tenemos que iniciar todo nuestro esfuerzo en esta gestión
Además del vínculo con lo territorial, me preocupa que el tema indígena lo hemos dejado de lado. Levantaremos vicepresidencias Indígenas en las zonas del país que lo requieran.
Creo necesario, también, reforzar nuestra relación con el mundo sindical. Por eso mismo, vamos a trabajar en una secretaría sindical que nos vincule con la CUT y con los sindicatos relacionados con el partido. Hemos conversado con la OIT, para ir relacionando a este organismo con el trabajo juvenil, de manera que la JS tenga una mirada sobre los múltiples conflictos que existen en este ámbito.
¿Cómo ve la relación con las otras fuerzas políticas de izquierda?
Creo importante agrupar a las fuerzas de izquierda que tienen otras formas de asociatividad y conversar con ellas, porque seguramente no tenemos tantas diferencias en el diagnóstico y en la reflexión política y, por tanto, podemos articular algunas cosas en conjunto. Pienso en la Izquierda Autónoma, en Revolución Democrática, en el mismo FEL. Este es un gran desafío, de primer orden, que da cuenta de las fuerzas que construiremos el Chile del mañana
¿Con qué propuestas los jóvenes socialistas deben convocar a una ciudadanía escéptica y crítica de los partidos políticos?
En primer lugar, la JS tiene una ventaja. Tenemos autonomía estatutaria. Nos regimos por lo que piensa el partido, pero podemos hacer valer esta independencia. Lo que hemos conversado es el valor del mundo local, en las transformaciones sociales. Si queremos construir una democracia de alta intensidad, requerimos de gobiernos locales empoderados y trabajo territorial. Tener una democracia directa. Construir tejido social.
¿Cómo ve la situación de los militantes cuestionados por irregularidades?
En ese tema, tenemos una visión común con el partido, en el sentido que si hay un militante vinculado a un caso de corrupción debe ser desafectado de la colectividad. No puede participar de ninguna elección popular como candidato. Esta decisión que se adoptó en el Congreso de enero pasado ha hecho que el partido esté bien a la vanguardia en su transparencia interna y bien vinculado con la reforma a la ley de partidos políticos, y con la nueva ley de financiamiento.
Cuando he comentado con personas de otros países acerca de estas medidas, se reconoce el profundo aporte que harán a una democracia más sólida e independiente de los poderes económicos. Lamentablemente, la ciudadanía en Chile tampoco entiende muy bien cómo avanzan estas reformas.
Ahí es cuando uno se pregunta si comunicamos bien las cosas. Sino es así, es muy difícil recuperar la legitimidad.
¿Qué visión tiene usted al respecto?
Hay varios factores que influyen en esto. Antiguamente la juventud funcionaba muy en la lógica de núcleo, donde un militante se iba a informar de lo que pasaba en el país. Ese era un espacio de información y reflexión distinto que funcionó hasta principios de los 90. Después, los partidos políticos se reagruparon de otra forma. Los socialistas fuimos cambiando la intensidad de esta estructura democrática interna por temas más coyunturales, como lo son los procesos de elecciones populares como las elecciones partidarias, que al día de hoy marcan una intensificación de la labor militante por sobre cualquier otra cosa
Además, hay factores propios de la sociedad chilena, que producen desinformación sobre las reformas que se están realizando. La concentración de los medios de comunicación es uno de ellos. Pero, también, nuestro gobierno ha cometido el error de no informar sobre nuestros grandes avances. No sé si había habido en los últimos 30 años una administración que plantease reformas importantes y que, muchas de ellas, hayan tenido finales exitosos.
Por ejemplo, con la reforma tributaria, el 1% del país está pagando el 80% de lo recaudado por ésta, y cuando revisas las encuestas, la gente está en contra de esta modificación tributaria. Uno se pregunta, entonces, ¿cuál es el error?. Lo mismo ocurre respecto de la reforma educacional. Gente de sectores populares antes cancelaba un copago de $10 mil ó $15 mil y ahora no debe hacerlo. ¿Cómo puedes construir un sentido común que haga ver que este cambio va en favor de ellos?. Hoy, te das cuenta que estamos en empate o derrotados en algunos contextos. Y eso tiene que ver con que hemos fallado en el diseño de nuestra forma de comunicar las cosas. Porque estos cambios están para desarrollar una sociedad más democrática.
Usted, que participó como actor del llamado “pinguinazo” del año 2006. ¿Qué análisis hace del movimiento estudiantil, a diez años de ocurrido este proceso?
El movimiento estudiantil en América Latina y en Chile siempre ha sido muy importante para poner en la palestra pública ciertas condiciones históricas. El primer presidente de la FESES fue Eugenio González, que fue fundador del Partido Socialista. La Democracia Cristiana también tuvo un rol histórico muy importante.
Pero pensemos ahora en la actualidad. Cuando en 2006, se tomaban los colegios, se producía en la ciudadanía algo muy potente. Generaba apoyo y controversia. La toma de un colegio es la expresión de que algo normal, ya no es normal. Eso era en 2006. Ir por Santiago y encontrarse con las tomas era impresionante para todos, porque no eran algunas, sino que muchas.
Después del 2011, creo yo, se naturalizó de tal forma esa subversión del tiempo, que ya es parte del sentido común. No tiene que ver con los contenidos de la lucha del movimiento estudiantil, sino con las formas en que se está expresando y cómo puede concitar apoyo social.
¿Qué desafíos requieren superar las organizaciones estudiantiles en 2016?
Ha ido perdiendo la creatividad y, lamentablemente, el movimiento ha sido superado por la violencia de grupos muy pequeños, que producen aún más desafección de la ciudadanía.
El año 2006, todo el mundo comenzó a hablar de la calidad de la educación.. El año 2011 del fin al lucro. La gente empezó a cuestionar que los privados tampoco hacen las cosas tan bien. Que, además, en nuestro país persiste una feroz concentración de la riqueza. Además, estas críticas se ampliaron a otros actores, porque no sólo hay lucro en la educación, sino también hay colusión en las farmacias, en la papelera. Entonces, así se fue evidenciando un sistema que tiene grados de perversión graves.
Hoy, el gran desafío del movimiento estudiantil, en el ámbito que conversábamos, es cómo se vuelve a la creatividad de la expresión política. Más allá de la toma de la calle, porque es lógico que tiene que hacerse. Con el retorno a la democracia, se han conquistado los espacios públicos. La política se ha hecho en espacios públicos históricamente hablando.
No sé si las tomas (de liceos) estén cumpliendo su objetivo. Yo estudié en la Academia de Humanismo Cristiano. Y yo sabía que los profesores pensaban que iban a tener que alargar dos o tres meses sus clases, porque en el año estaba planificada la movilización estudiantil, o la toma del plantel universitario. Por tanto, cuando las cosas son parte de lo cotidiano, no necesariamente generan el efecto de la radicalización de algunas posturas, son desatendidas por la ciudadanía, y simplemente, quiebran el diálogo entre los actores involucrados.
¿Por qué se ha radicalizado el movimiento estudiantil?
Los partidos existen entre los secundarios y universitarios, sin embargos los sectores fuera de las colectividades tradicionales hoy son mayoría. Es un tema muy sociológico, es decir, en cuanto a las condiciones de la sociedad que tenemos y el tipo de juventud que se está formando. Creo que la juventud política nuestra, como lo hablábamos antes, no está haciendo un buen diagnóstico de cómo se organizan los jóvenes y cuáles son sus intereses.. No estoy diciendo que la Juventud Rebelde, u otras lo haya hecho.
Pero sí hay un gran desprestigio de los partidos políticos, por tanto, que las juventudes políticas lleguen a esos jóvenes es muy complejo, puesto que hoy han cambiado, también, las formas de organización, el rol del dirigente, entre otros. Cosas que vistas desde el prisma de una cultura política más tradicional no es tan fácil comprender
Cuando me ha tocado ir a una marcha estudiantil y ves la expresión cultural que hay en las movilizaciones, tú te preguntas por qué la Juventud Socialista y otras no se expresan de la forma en que lo hacen también cientos de jóvenes hoy
Entonces, reitero, cómo hacemos para que la JS sea la casa del pensamiento crítico, del mundo del territorio, del mundo de la cultura. Este va a ser un trabajo no sólo de la dirección de la Juventud, sino de más largo aliento.
¿Cómo se pueden volver a legitimar las juventudes políticas más tradicionales en el movimiento estudiantil?
Lo más importante es que las colectividades políticas sean coherentes con su actuar. Porque a un militante socialista joven se le va a hacer más fácil si un diputado o senador del partido vota por su posición socialista, o defiende el programa como estaba planteado.
También es necesario que apoyen a sus jóvenes, que les den el espacio para participar. Nosotros tenemos dirigentes en la Cones, pero el partido tiene que apoyarlos, no para cooptarlos, sino para que crezcan en el mundo social.
¿Qué problemáticas de la juventud en Chile cree necesario incluir con mayor fuerza en el debate nacional?.
Espero que se vayan sumando temas de los sectores más pobres de nuestro país, porque se deja fuera un amplio sector del mundo popular que tiene otros conflictos, como es la violencia en el territorio, la violencia intrafamiliar, la violencia de género, malos contratos laborales. Muchas situaciones que no están en la fotografía que se saca a la juventud de hoy.
Ellos están en los centros de formación técnica. Es necesario revitalizar un movimiento propio de estos jóvenes, que no sea la segunda opción de las reivindicaciones estudiantiles, que no sea la mano de obra barata. Creo que ahí debe haber un gran referente juvenil.
Me parece buena la visión del gobierno, en cuanto a desarrollar centros de formación técnicas del Estado. Esta es una discusión muy amplia y tiene que ver con una discusión más profunda que debemos tener. ¿Para qué tantos profesionales? Es necesario mejorar la formación técnica, porque ahora requerimos desarrollar otras áreas de la producción.
A fin de cuentas, de lo que estamos hablando acá es de cómo construimos una sociedad holísticamente distinta. Manuel A. Garretón decía que, para sacar la educación del mercado, se requiere terminar con el sistema de mercado. Este sistema de educación está pensado para un modelo de desarrollo. Nosotros tenemos que pensar en un nuevo modelo de desarrollo.
Eugenio González Rojas, en el programa del PS, del año 1947, planteaba que los medios se correlacionaban directamente con el fin y, por tanto, si tú quieres construir una sociedad en libertad, tienes que educar en libertad. No puedes construir una sociedad libre por medios autoritarios. No podemos construir personas que crean en la solidaridad en un sistema que es deshumanizante.