La titular de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, presentó en días recientes en Chile el informe “Piso de Protección Social para una Globalización Equitativa e Inclusiva” para América Latina, fruto del trabajo realizado por el Grupo Consultivo de Piso de Protección Social establecido en conjunto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de Salud (OMS), presidido desde agosto de 2010 por la ex mandataria chilena.
De acuerdo a la Secretaria General Adjunta de ONU Mujeres y es presidente de Chile, el reporte que Naciones Unidas está promoviendo entrega evidencia clara de que es cada vez más necesario extender la protección social bajo la forma de pisos sociales, para continuar con un proceso de globalización mucho más justo e inclusivo.
“La globalización de las últimas décadas representó una oportunidad para muchos que pudieron aprovecharla. Pero también dejó una gran cantidad de población desprotegida frente a los nuevos desafíos y transformaciones globales, que están teniendo efectos profundos a nivel nacional y local. Se han abierto nuevas brechas de desigualdad en el mundo, sobre las cuales tenemos que plantearnos cómo disminuirlas y cómo enfrentarlas”, explicó la directora ejecutiva de ONU Mujeres, quien presentó dicho informe en compañía del director general de la OIT, Juan Somavia.
En ese sentido, Bachelet no dudó en relacionar el creciente descontento en la sociedad, fundado en un reclamo por una democracia más inclusiva y participativa, con una deuda social que hasta el día de hoy no encuentra respuesta en muchos países del mundo. “Esta deuda social claramente constituye una amenaza para la estabilidad política y menoscaba las posibilidades de prosperidad económica. El aumento del descontento está conectado con el crecimiento de la desigualdad de ingresos, el aumento del desempleo y la reducción de oportunidades de progreso”, afirmó.
El informe demuestra que ampliar las políticas de protección social no sólo permite realización de los derechos humanos fundamentales y la aceleración del cumplimiento de los Objetivos del Milenio propuestos por Naciones Unidas en el año 2000, sino que se convierte en una herramienta efectiva a la hora resistir las turbulencias de la crisis económica mundial, especialmente entre los más vulnerables.
“Es necesario estar atentos a los desarrollos de la economía mundial, mantener las políticas contracíclicas que permitieron esta resistencia y tener muy en cuenta las nuevas y justas demandas que surgen en la Región por mejores niveles educativos y de salud, por mayor bienestar, por más calidad de trabajo, en definitiva, por una sociedad más igualitaria”, señaló Michelle Bachelet.
En palabras de la ex jefa de Estado, el enfoque del Piso de Protección Social representa “un cambio de paradigma” con respecto a las políticas implementadas en las décadas del ´80 y ´90, que estimaban las políticas sociales como “un componente residual del desarrollo económico”. “Pasar de un enfoque de la protección social basado en las necesidades a uno basado en los derechos, que garantiza los derechos sociales básicos como condición para la ciudadanía”, sentenció.
Sin embargo, Bachelet fue enfática al señalar que este cambio de paradigma sólo puede llevarse a cabo con un compromiso de Gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales y, sobre todo, con el apoyo de las potencias mundiales encarnadas en el grupo de líderes del G-20. “Debemos realizar importantes progresos para que el enfoque del Piso de Protección Social se convierta en parte de la estrategia de cooperación internacional para el desarrollo incluyendo los mecanismos tradicionales, como también los canales de cooperación Sur-Sur y de cooperación triangular. La solidaridad internacional es fundamental” recalcó.
La ex mandataria además insistió en que pese a que la región ha avanzado durante las últimas décadas en materia de protección social, ello no implica una actitud conformista de parte de las autoridades. Bachelet hizo un llamado a alcanzar sociedades más justas e igualitarias “a las que aspiran y demandan nuestros pueblos”, agregando que “sólo debemos temer a la falta de coraje” a la hora de generar los cambios que la humanidad requiere en el siglo XXI.
En la ocasión, Michelle Bachelet se refirió además a diversos temas de la contingencia nacional, como el conflicto educacional. Al respecto, reiteró que Chile tiene una gran oportunidad para impulsar cambios que son necesarios en materia educacional.
“En Chile ha habido la mayor parte del año movilizaciones en función de buscar una educación de mejor calidad para todos. Creo que hoy día hay una gran oportunidad, hay un gran consenso nacional de que esta es una prioridad y por lo tanto hay condiciones para un diálogo permanente entre los distintos actores”, señaló y agregó que “el Estado y las instituciones tienen que ser capaces de llegar a un acuerdo para hacerse cargo de este y otros desafíos que el país tenga”.