No seremos jamás un país desarrollado si no invertimos en equidad usando una mayor tributación y no temiendo echar mano a mayores gravámenes sobre los recursos naturales. Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Canadá, Holanda, Japón y otros nos enseñan el camino al desarrollo. En todos estos casos, el mejoramiento y la protección de la equidad, a través de múltiples políticas, desencadenaron círculos virtuosos.