La defensa a la guerra en Irak

Aunque a lo largo de los años fueron comprobadas las falsedades difundidas para justificar el ataque y luego invasión a Irak por parte de tropas aliadas comandadas por EEUU, el ex primer ministro británico defendió el viernes pasado la ocupación del país árabe con el argumento de que Sadam Husein debía ser derrocado para dar seguridad a Estados Unidos y los países de Occidente.

“Los ataques del 11 de septiembre (de 2001) contra Estados Unidos implicaron que Husein debía ser desarmado o removido”, dijo Blair ante el Parlamento al hacer frente a un primer interrogatorio público en una investigación sobre la participación de Gran Bretaña en la guerra y el por qué del envío de 45 mil soldados de ese país a Irak, de los cuales unos 180 han muerto.

“Los ataques de Al Qaeda sobre ciudades estadounidenses han transformado el panorama de seguridad global, aumentando el riesgo de que militantes puedan causar la muerte de más personas si las armas de destrucción masiva de Estados hostiles caen en sus manos”, indicó Blair ante los parlamentarios, insistiendo en la existencia de armamentos de alta capacidad destructiva que en siete años de ocupación nunca han sido encontrados.

Aunque Blair eludió las preguntas sobre la legalidad de la invasión, admitió por primera vez que hubo errores en la planificación post guerra. La decisión de participar en la guerra fue la más controvertida de los 10 años en los que se desempeñó como primer ministro, provocando enormes protestas, divisiones dentro de su Partido Laborista y acusaciones de que había engañado al público sobre la justificación de la invasión.

«Esto no se trata de mentira o conspiración o engaño, esto es una decisión», dijo Blair. En las afueras del lugar de comparecencia, millares de manifestantes liderados por los familiares de los soldados muertos en Irak protestaban contra Blair, quien dejó su mandato con los índices más bajo de aprobación, entre otras cosas por su compromiso de apoyar a George Bush en su estrategia de “guerra preventiva”.

“Y la decisión que tuve que tomar, dada la historia de Husein, dado su uso de armas químicas, dado que causó cerca de 1 millón de muertes, dados los 10 años de infringir las resoluciones de la ONU, ¿podíamos asumir el riesgo de que este hombre reconstituyera su programa de armas?”, reiteró, sin mencionar nunca los costos en bajas para las tropas aliadas –que superan las 10 mil- y la mortandad en la población iraquí que oficialmente habla de 100 mil muertos, aunque estimaciones independientes cifran las víctimas fatales en sobre 200 mil personas.

La guerra en Irak minó el apoyo a Blair y a su Partido Laborista y el asunto aún provoca profunda molestia pública, siete años después de la invasión que derrocó a Husein y tres desde que ex primer ministro entregara el poder a Gordon Brown.

Analistas aseguran que la investigación pública podría afectar al Partido Laborista antes de una elección programada para junio, mientras el partido se queda atrás en sondeos de opinión tras 13 años en el poder.

Y mientras Blair defendía la invasión con los mismos argumentos que usó Bush para justificar la ocupación, en Washington el presidente Barack Obama se esforzaba en convencer a los estadounidenses que el fin del conflicto en Irak está llegando a su fin.

En su discurso anual ante el Congreso, Obama dedicó unos minutos al conflicto que le acarrea más dificultades al Pentágono y que le ha valido un duro enfrentamiento con los republicanos, que al igual que Blair siguen pensando que la guerra en Irak es justa y justificable.

“Prometí que terminaría esta guerra y es lo que estoy haciendo como presidente”, dijo Obama y agregó que “apoyaremos al gobierno iraquí para que se celebren elecciones, y continuaremos ayudando al pueblo de Irak para que promueva la paz regional y la prosperidad.

No es casual que Obama insista en que terminará la guerra, no sólo es un conflicto interminable que sigue abriendo flancos –como el de Afganistán y Paquistán- sino que enturbia las relaciones internacionales de EEUU, sin contar el enorme rechazo que provoca en la opinión pública interna.

Pero como a los republicanos, a Blair también le interesa insistir en que en la invasión de Irak era necesaria para detener el terrorismo global –aunque la evidencia dice lo contrario-, que Husein era una amenaza y que la ocupación impidió que Irak usara sus inexistentes armas de destrucción masiva. En el fondo saben que un reconocimiento en contrario sólo debilitaría la legitimidad del uso de la fuerza, por si es necesario usarla en Paquistán, Irán o Yemen. O en cualquier lugar del mundo.

Relacionado

Comments

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.