Francia: La izquierda está de regreso

Una alianza de izquierda que tiene como ejes al Partido Socialista francés y a Europa Ecología, además de sectores comunistas, propinó una contundente derrota al gobierno derechista de Nicolás Sarkozy. En la segunda vuelta del domingo pasado y con el 54 por ciento de los votos, la izquierda conquistó 21 de los 22 gobiernos regionales y, de paso, abrió una grieta en el gobierno de Sarkozy que incluso compromete su futuro político.

A dos años de las elecciones presidenciales y en las que Sarkozy pretende competir por un nuevo mandato, los resultados del domingo es un verdadero balde de agua fría para sus aspiraciones. No sólo sufrió un revés su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP) que logró poco más del 35por ciento de los sufragios, sino que ya el lunes su gobierno caminaba hacia una crisis de gabinete.

Para la izquierda, todo es ganancia. De hecho los resultados obtenidos en las elecciones regionales son los mejores que ha conseguido desde 1981. Con las cifras en la mano, los socialistas franceses y sus aliados empiezan ahora mismo a pensar en las presidenciales del 2012 y las candidaturas que podrían levantarse para hacer frente  los conservadores.

Tal como en  la semana anterior, la segunda vuelta estuvo marcada por la abstención que mejoró esta vez cuatro puntos (de 53,6 por ciento a 48,8 por ciento) lo que benefició a la izquierda. De todas maneras, la apatía y el abstencionismo son los grandes problemas de la democracia francesa, donde además los partidos políticos tienen la peor imagen en la población.

Apenas se confirmó la abrumadora victoria, la secretaria del PSF, Martine Aubry, exhortó al gobierno conservador a cambiar profundamente los rumbos de su política y clamó por medidas que favorezcan a los más necesitados, como a quienes forman el 10 por ciento de los desempleados, y dejar de lado las continuas medidas de Sarkozy que favorecen a las corporaciones y grandes empresas.

A su vez, Marie-George Buffet, secretaria del Partido Comunista, señaló que los resultados obtenidos son la victoria de toda la izquierda. “La derecha y Nicolás Sarkozy están contra la pared y deben abandonar simplemente todos sus proyectos regresivos, empezando por su cuestionamiento de la edad de retiro a los 60 años”, dijo.

Fue el primer ministro, Francois Fillon, quien salió a reconocer la derrota y culpó a la crisis económica internacional por la reacción de los votantes. “El resultado constituye una decepción para la mayoría”, dijo el Jefe de Gobierno al aceptar el fracaso.
Sarkozy perdió las elecciones regionales en los momentos en que su reforma al sistema de pensiones, los cambios al sistema de justicia y el impuesto por el cambio climático producen un fuerte rechazo en la población, que además vive agobiada por una creciente precarización del empleo que con el 10 por ciento de desempleados marca las peores cifras de la historia.

Por lo pronto, la derrota de Sarkozy abrió el espacio político en la derecha para que su antiguo rival, el ex primer ministro Dominique de Villepin, haga los aprontes para anunciar su candidatura presidencial, fundar un nuevo partido derechista y competir con el actual presidente. Villepin partiría con un16 por ciento de apoyo de los franceses, 2 puntos más arriba que Sarkozy, según un sondeo difundido el lunes, unas horas después de la victoria de la izquierda.

En la izquierda también destacan dos posibles candidatos. De una parte la líder del Partido Socialista Francés, Martine Aubry, el rostro de la reciente campaña electoral y su triunfo. Mientras también se perfila de nuevo Ségolène Royal, la mujer que compitió en 2008 por la presidencia de Francia por los socialistas y que en las elecciones regionales del domingo logró en la región de Poitou-Charentes el 60 por ciento de los votos, uno de los mejores resultados jamás obtenidos por los socialistas.

Mientras Sarkozy remodela su gobierno como primera medida para absorber la derrota y preparar sus fuerzas para las presidenciales, las organizaciones sociales francesas no le dan respiro. El gobierno hará frente esta semana a una nueva paralización general.

El poderoso sindicato CGT ha convocado un día de protesta por los salarios y las pensiones para el martes, esperando que la derrota electoral convenza al Gobierno de retrasar la edad de la jubilación después de los 60 años.

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