La película italiana Vincere del director Marcelo Bellocchio constituye una potente propuesta cinematográfica sobre la vida de Benito Mussolini y de su amante de juventud, con quien tuvo un hijo, y a los cuales Mussolini desconoció una vez que ascendió al poder, y sobre la cual dejó caer todo el poderío de una maquinaria burocrática totalitaria, y que terminó con ella y su hijo literalmente en la locura.
La película recorre el ascenso de Mussolini, primero como un ardoroso socialista, condición con la que rompe durante la primera guerra mundial, para ir dando vida al fascismo italiano. Realidad y ficción se intercalan en esta obra, donde siempre late la íntima relación entre locura individual y totalitarismo, poder político y psiquiatría.
Bellocchio realiza una puesta escena bajo las mismas coordenadas que parecen atrapar a la Italia de entonces, y que ve en el fascismo la posibilidad de reencontrarse con un pasado imperial irrecuperable, y que solo puede repetirse en el presente como una opereta trágica y sangrienta.
Mussolini un líder no demasiado brillante aunque carismático, transitó del socialismo al fascismo y al anticomunismo feroz, del nacionalismo al servilismo con la causa germano-nazi, de un anticlericalismo militante a un cómodo entente cordiale con el Vaticano una vez en el poder.
La película de Bellocchio, reafirma a este director , como uno de los principales exponentes ya maduros del cine italiano actual, y que logra con Vincere un retrato profundo no solo de una época y de unos personajes arrastrados por el paso y el peso de la historia y de la embriaguez del poder, sino también de la Italia de estos años, de la Italia de siempre.