El ciclo político iniciado tras tensionarse la configuración de alianzas y agendas post-autoritarias, se seguirá completando en el marco de una disputa entre posiciones que buscan mayor justicia social, reconocimiento a la diversidad y una cultura de derechos humanos, y una regresión conservadora, anclada a la visión societal heredada de la dictadura cívico-militar.
Los centros de pensamiento e institutos políticos firmantes apoyamos activamente las opciones Apruebo y Convención Constitucional, por lo que creemos fundamental asegurar que los próximos gobiernos den garantías al proceso constituyente y la implementación de la nueva Constitución.
Hoy nos sentimos convocados a contribuir a la clarificación de los horizontes de transformación de la década en curso, con una perspectiva de mediano plazo. Esto es, fijar los objetivos comunes de las reformas y políticas más relevantes, para asegurar una base de dignidad y bienestar a todas las personas, eliminando desigualdades e injusticias basadas en género, etnia o clase. Las deudas sociales, las brechas políticas y el agotamiento de una mirada económica ultraliberal deben quedar atrás antes del 2030 mediante la construcción de alternativas viables y coherentes de desarrollo y buen vivir.