El pasado sábado 12 de marzo en el Cementerio General se realizó un acto en recuerdo del General Alberto Bachelet. En la ocasión estuvo presente la Presidenta Michelle Bachelet, y a nombre de la familia intervino Vivienne Bachelet. En parte de su intervención señaló: “Alberto Bachelet, el tío y el general constitucionalista, fue un hombre hecho en los valores de nuestra antigua República: austero, leal, honesto. Esos son los valores con que formó a su familia y a sus hijos. Esos han sido los valores y principios que nos han inspirado desde siempre”.
Querida familia, estimada Presidenta
Nos congregamos como todos los años en este día para recordar al tío, al padre, al hermano, y a ese general leal a la Constitución Política y a la democracia, que fue Alberto Bachelet Martínez.
Todavía recuerdo ese día triste, hace 42 años, cuando nos comunicaron que el tío Beto había fallecido en la Cárcel Pública producto de un infarto.
Luego sabríamos de las torturas y vejámenes que sufriera durante su encierro.
También conoceríamos de la entereza y valentía con que enfrentó ese difícil momento. Lo hemos llorado y extrañado desde ese día, pero también ha sido nuestro orgullo como familia por su sentido de la dignidad y su lealtad inquebrantable con la democracia y el pueblo de Chile.
Seguramente el tío Beto no pudo imaginar todo lo que sucedería en su país y en su familia después de su muerte: la persecución y el odio, pero también la lucha generosa y la solidaridad, el duro exilio, la gesta heroica de la recuperación y reconstrucción de la democracia.
Hay pocos momentos en la historia, como los que se vivieron durante la dictadura militar, en que se puede decir que se pudo observar lo peor y más abyecto de la condición humana, como así también su parte más noble y entrañable.
No me cabe duda que el tío Beto se habría sentido muy orgulloso de su esposa Ángela, de la manera inteligente y digna con que luchó y ha luchado por la verdad y la justicia en materia de derechos humanos, siempre dispuesta a servir.
También se habría sentido orgulloso de su hijo Alberto, muerto prematuramente. Y qué duda que se hubiese sorprendido y emocionado al saber que su hija Michelle llegó dos veces a ser Presidenta de Chile. Ni más ni menos que la primera mujer presidenta en nuestra historia republicana.
Alberto Bachelet, el tío y el general constitucionalista, fue un hombre hecho en los valores de nuestra antigua República: austero, leal, honesto. Esos son los valores con que formó a su familia y a sus hijos. Esos han sido los valores y principios que nos han inspirado desde siempre.
Estimada Presidenta. Usted ha venido realizando, particularmente en esta segunda administración, un gran
proceso de transformación política y social por la que, estoy segura, será recordada y valorada.
Estoy segura que, a pesar de incomprensiones pasajeras, quedará su liderazgo y su gobierno guardado en el corazón de los chilenos por muchas generaciones.
Usted sabe que cuenta con una familia que la admira y la quiere, y que siempre estará a su lado.
Aquí está la familia congregada, varias generaciones, los vivos y aquellos que ya partieron. El tío Beto está aquí. Nano, mi padre, está aquí. Alicia está aquí. Mi tío Osvaldo. La tía Olga, la bisabuela Mimí. Y tantos otros.
Esta fecha es un poco triste por no haber tenido más tiempo para disfrutar de la presencia cálida y comprometida del tío Beto. Pero estamos felices y orgullosos de estar unidos biográficamente a un hombre honesto y consecuente, que en los momentos más difíciles que ha vivido nuestra Patria supo estar sin vacilar con los valores democráticos, y de lado de las personas más humildes y de los perseguidos. Es ese nuestro gran orgullo como familia Bachelet.
Tía Ángela, Presidenta Michelle, tía Carmen, y los que no están, tío Beto, Nano, familia, un gran abrazo para todos.
GRACIAS