“Avísale a Freddy. Historia de un hombre y sus razones 1943-1973” se titula el libro de Lautaro Núñez, Premio Nacional de Historia, el cual se presentó el en la sala Domeyko de la Universidad de Chile, el 8 de septiembre.
El texto relata la vida del destacado dirigente socialista, Freddy Taberna, quien fue fusilado el 30 de octubre de 1973 en el Campamento de Prisioneros de Pisagua. Al momento del Golpe Militar, se desempeñaba como Director de ODEPLAN (Oficina de Planificación Nacional) en la ciudad de Iquique y ocupaba el cargo de secretario regional del Partido Socialista.
Freddy vivió su infancia y juventud en el Barrio El Morro de Iquique. A mediados de la década del 60, se trasladó a Santiago con la finalidad de cursar Geografía, carrera que, entonces, se impartía en el campus del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Su compromiso y liderazgo inspiró a muchos jóvenes de izquierda de su época, convirtiéndose en el primer estudiante iquiqueño que ocupó la presidencia del Centro de Alumnos del Pedagógico, representando al Movimiento Universitario de Izquierda (MUI), una amplia plataforma que agrupaba a los estudiantes progresistas al interior de la Universidad de Chile
Su destacado desempeño como estudiante de Geografía, le significó ser becado a la Universidad de Austin, Texas, en Estados Unidos.
Tras el Golpe de Estado, fue requerido por las autoridades militares. Freddy se presentó voluntariamente en el Regimiento de Telecomunicaciones. La justicia militar, transgrediendo la ley de manera flagrante, lo condenó primero a 10 años de prisión, para luego sentenciarlo a muerte.
En el diario «El Tarapacá» del día 31 de octubre de 1973, se informó de la ejecución, haciendo referencia a la supuesta participación del dirigente socialista en un plan destinado a provocar la guerra civil en Chile y la rebelión de las Fuerzas Armadas.
42 años después de su muerte, la figura de Freddy Taberna sigue viva entre quienes lo conocieron. Uno de ellos es el Premio Nacional de Literatura 2014, Antonio Skármeta. El pasado 11 de septiembre, en el marco de un acto efectuado en la Universidad de Chile, donde se anunció la desclasificación de los archivos universitarios de la dictadura militar, el escritor realizó una semblanza del fallecido dirigente socialista. En su homenaje, incluyó la lectura del poema «Balada de Freddy Taberna», de Hernán Miranda, que forma parte del libro “Viajes Inconclusos”.
“Cuando el supremo instante es el que llega / él avanzará entonando con voz plena / La Internacional entre la soldadesca / Cantará mientras las balas lo atraviesan / Y cantando irá como en cámara lenta / Cayendo y cantando aún en la goyesca / etapa inicial ritual de la leyenda”.
Miranda tardó 30 años en terminar el poema. Hasta que un día lo logró. “Me da una satisfacción muy grande haber escrito ese poema y haber ganado el Altazor con el libro donde aparece. Alguien tenía que escribirle a Freddy Taberna. Ya puedo morir en paz”, dijo en una entrevista a The Clinic.