A comienzos de marzo el alcalde de la comuna de la Florida Rodolfo Cartes decidió cerrar cuatro colegios públicos. Los padres y apoderados resistieron la medida, se “tomaron” el colegio República Dominicana, y reiniciaron las clases, abriendo paso a una de las experiencias de autogestión educativa más originales en la historia de la educación chilena. También con esta acción los padres y apoderados han abierto una nueva vía de defensa de la educación pública en el país.
Las clases han sido cubiertas durante el mes de marzo por diversos grupos de maestros, todo obviamente ad honorem. En primer lugar por un esforzado grupo de profesores jubilados, otros tantos estudiantes de pedagogía de la UMCE, y un importante contingente de estudiantes y académicos del Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
El cierre de colegios públicos se verifica, en Chile, a través de la renuncia del sostenedor –en este caso el alcalde- al reconocimiento oficial. En Chile la legislación permite, sin embargo, el funcionamiento de colegios sin el reconocimiento oficial. Los alumnos y alumnas de estos colegios deben rendir exámenes libres a fin de año para poder pasar de curso.
“Los padres y apoderados del colegio República Dominicana se acercaron a hablar con nosotros –señala el nuevo director del DEP de la Universidad de Chile, Ernesto Águila- y solicitaron nuestro apoyo, particularmente, de tipo técnico-pedagógico. Nos pareció que había que respaldar un gesto de defensa de la educación pública como éste. Se debatió en el Consejo del Departamento y se decidió unánimemente apoyar a estos padres. Hemos reconocido al colegio República Dominicana como centro de práctica del DEP y, a su vez, de manera voluntaria un importante grupo de estudiantes de pedagogía y algunos académicos están cooperando en cubrir el currículo escolar a plenitud de kínder a octavo básico y de contribuir con todo el desafío pedagógico que una experiencia autogestionada como ésta, bastante inédita en nuestra historia educativa, implica”.
“Son cerca de 80 estudiantes que es necesario cubrir diariamente con clases en un horario de jornada escolar extendida. Nuestro estudiantes y académicos están haciendo clases desde hace ya una semana allá. Para nuestros estudiantes de pedagogía la experiencia resulta muy formativa, pero lo principal es hacer bien las clases y que los niños y niñas aprendan. Si los padres y apoderados continúan hasta el final, es decir, hasta fin de año, nuestro desafío es que estos alumnos y alumnas pasen de curso a través de la modalidad de exámenes libres. Ese es nuestro desafío pedagógico”, concluye el director del DEP Ernesto Águila.