La Comisión Económica del Partido Socialista (CEPS) convocó el sábado 2 de octubre la Conferencia Nacional Más Igualdad y Más Democracia Económica para Chile en el Hotel Neruda de Santiago. La Conferencia en honor al Cro. Humberto Vega Fernández recibió fraternales saludos del Presidente del PS Cro. Osvaldo Andrade y del Primer Vicepresidente Cro. Alvaro Elizalde y también del Cro. Jaime Insignia por la Fundación Ebert y Cro. Juan Carlos Scapini por la CEPS. Se contó con la activa participación de más de setenta personas.
En el primer bloque se debatió sobre las implicancias del Consenso de Washington en la realidad económica y social en Chile. Esta parte estuvo dirigida por el Cro. Hernán Frigolett y participaron como expositores Arturo Martinez (CUT), Pedro Davis (CONUPIA) y Alexis Guardia.
En el segundo bloque se analizaron los ejes progresistas para una nueva política económica en Chile, particularmente en los ámbitos fiscal, del desarrollo productivo y la educación. Esta parte estuvo dirigida por el Cro. Eugenio Rivera y expusieron el diputado Carlos Montes, el ex ministro Jorge Leiva y Enrique Román.
Al final de la Conferencia, por unanimidad, la CEPS resolvió prorrogar el mandato de la actual directiva de la CEPS, encabezada por el economista Juan carlos Scapinni, incorporando en la mesa a los Cros. Alexis Guardia y Rafael Reusch. Además la CEPS asumió el compromiso de promover y preparar una ponencia sobre la nueva política económica para el próximo Congreso del PS, en abril del 2011.
Entre las opiniones recogidas en la Conferencia del sábado, estuvieron las siguientes:
Cuidar los equilibrios macroeconómicos no significa renunciar a una política económica que sea activa. A nivel internacional, todos los países tienen políticas económicas de largo plazo que les permite superar la miopía cortoplacista del mercado. (China, Brasil, Rusia, India, Estados Unidos, UE, Japón)
Chile ha sufrido un intenso proceso de concentración económica en los últimos veinte años, originado por una articulación funcional de los grupos económicos chilenos a nivel global, que establece condiciones de mercado (muchas veces monopólicas), que son imposibles de afrontar por las MIPEs, lo que sumada a su baja productividad, ha determinado una alta mortandad de empresas, generando de paso precariedad en el empleo, bajos salarios y escasa seguridad laboral.
Chile se ha abierto al mundo y esto es un hecho de la causa. Los más favorecidos han sido las multinacionales, el sector financiero y las grandes empresas que operan a nivel global. Por el contrario, no hemos sido capaces de dar el “salto” a una segunda fase exportadora, reforzándose en cambio el perfil de país productor de RRNN. Como consecuencia de lo anterior, la Productividad Total de Factores (PTF) ha sido muy baja, particularmente esto es cierto en los últimos diez años.
La política del desarrollo productivo ha sido insuficiente para contrarrestar los efectos de una política macroeconómica que ha favorecido la concentración económica en el país. Las MIPYMEs que representaban poco más del 30% de las ventas el año 1990, veinte años después, dan cuenta de solo un 17% de las mismas. Esta escasa participación de las MIPYMEs en productividad, innovación y ventas es precisamente lo contrario de lo que ocurre en los (demás) países desarrollados.
La tasa de sindicalización en Chile es extremadamente baja. La consecuencia es que las remuneraciones del trabajo han crecido poco y su participación funcional en el ingreso se mantiene baja. En consecuencia, la distribución del ingreso ha permanecido en niveles que no se condicen con lo que aspira la mayoría de los chilenos.
La política de educación, siendo un sustento clave en nuestro propio desarrollo de largo plazo, adolece de ser extremadamente reduccionista en sus objetivos, cuando se preocupa solo de monitorear la capacidad lectora de los alumnos, manejo de las matemáticas y de los resultados que obtienen en la prueba SIMCE, La educación es mucho más que lo anterior, debiendo considerar cuestiones centrales como valores y ética.
La actual política de educación termina promoviendo la segmentación social, ofreciendo una educación privada, una subvencionada y otra pública. Lo anterior no hace más que ahondar los problemas de acceso a una educación de calidad (y a una cultura universal) de parte de los ciudadanos más pobres del país.
La política fiscal ha sido muy efectiva para generar crecimiento en la economía y para rescatar ciudadanos que estaban por debajo de la línea de pobreza, muchas veces con subsidios directos. No obstante, la política fiscal no ha sido capaz de mejorar sustantivamente la distribución de los ingresos en el país, con políticas tributarias similares a los países desarrollados.
Santiago, 4 de octubre de 2010.
Nota de lectura (como eventual aporte al trabajo de la CEPS). No son opiniones personales sino apuntes, en vista a resumir un cierto enfoque del problema de la innovación en Chile a discutir, criticar y revisar. Y que envió después de la lectura del informe de la conferencia del 2/10/2010.
Propuestas para la innovación y productividad (en LarraÃn RÃos, G. (2005). Chile fértil provincia. Santiago de Chile: Debate).
a) La propuesta de LarraÃn, Sachs y Werner (2000)
(LarraÃn RÃos, 2005, p. 342)
Diversificar la base exportadora (LarraÃn, Sachs, & Warner, 2000). Ante la alerta sobre los lÃmites del potencial de crecimiento, la respuesta que se propone es la diversificación de la base exportadora, dejándose buena parte de la tarea al mercado, sin embargo se aboga por una “nueva polÃtica industrialâ€, cuyo enunciado central es la instalación en el paÃs de empresas tecnológicas foráneas. Este es el modelo que se denomina “costarricense†pero del que no se dispone de una evaluación (provisoria o definitiva), porque sus efectos de acumulación de capital humano no se verán que con el tiempo. Pero se estima un tema para estudiar.
b) La propuesta de Expansiva (2004)
(LarraÃn RÃos, 2005, pp. 338-341)
Avanzar en otras direcciones. Para la propuesta de Expansiva, ver (Lederman & Maloney, 2004), (Bergoeing & Repetto, 2004), (Bitrán, 2004), (LarraÃn, Repetto, & Marshall, 2004), (Tokman & Zahler, 2004) y además (Benavente, 2004).
Se repite el llamado a la diversificación de exportaciones pero ojalá con 1) un mayor grado de elaboración de los productos, es decir, productos con más tecnologÃa incorporada, asà como también 2) un mayor grado de encadenamientos productivos.
La debilidad está en que las exportaciones se concentran en mercados que crecen menos que el promedio del comercio mundial (Bergoeing & Repetto, 2004), (LarraÃn, Repetto, & Marshall, 2004).
Se afirma que tener un elevado ritmo de innovación tecnológica es un factor clave para sustentar un elevado ritmo de crecimiento.
¿Cómo se entiende la innovación tecnológica? Se reconoce que el concepto es amplio, pues incluye 1) desde procedimientos y técnicas inexistentes (es decir, a crear) hasta 2) la adaptación exitosa de innovaciones ya realizadas en el extranjero. Nótese que en principio esta adaptación supone innovaciones ya patentadas, es decir, con inventores (investigadores) y propietarios (empresas) foráneos.
Entonces se tienen dos propuestas: una es crear o inventar y la otra es copiar o adaptar lo ya existente en otra parte (de acuerdo con las reglas internacionales de la propiedad intelectual).
1) Investigación y desarrollo
La primera propuesta se apoya en la investigación y desarrollo (I+D) y a este nivel dos problemas a corregir se pueden hacer presente: 1) un bajo esfuerzo en investigación (básica y aplicada) y desarrollo tecnológico, a lo que se añade 2) un mal diseño del sistema nacional de innovación (Lederman & Maloney, 2004), (Tokman & Zahler, 2004). Ahora si ambos se conjugan simultáneamente la situación puede calificarse de desastrosa.
¿Qué hacer? La respuesta es aparentemente simple, fácil de decir pero difÃcil de ejecutar, ella es: más investigación y desarrollo y un mejor diseño del sistema nacional de innovación. (¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Con que medios?).
2) Adaptación de tecnologÃas foráneas
La segunda propuesta – y que es la que se aconseja – es la adaptación de tecnologÃas: “Copiar no es malo†(Bergoeing & Repetto, 2004). En apoyo de esta propuesta, la autoridad que se cita en esta materia es (Mockyr, 2002).
3) Universidad y empresa
En cuanto a la relación entre universidad y empresa en la innovación tecnológica (Benavente, 2004), aquà se observa una falta de intersección entre estos dos conjuntos, en otras palabras se manifiesta una intersección vacÃa que es necesario llenar de un contenido, esto es, con agentes intermediarios entre la academia en donde se encuentra la investigación, y los sectores de actividad económica en donde se encuentra en teorÃa la necesidad de innovación y la capacidad de desarrollo.
4) Intermediadores
De lo anterior se deriva la propuesta de “instituciones intermediadoras†en el mercado tecnológico (Benavente, 2004), (Bitrán, 2004). Organismos orientados a promover las aplicaciones comerciales e industriales de los resultados de la investigación universitaria. Especies de “clubes tecnológicos†que confortarÃan a un desvanecido sistema nacional de innovación.
5) Consorcios sectoriales
Además, se propone poner en pie “consorcios sectoriales†(Bitrán, 2004), cofinanciados con el sector privado, enfocados a desarrollos tecnológicos claves, y situados en áreas de desarrollo maduro o emergente. Lo que supone la clara definición de gestores tecnológicos que lideren los esfuerzos de los consorcios sectoriales. Ejemplo tipo: Finlandia.
6) Clústeres
Clústeres en los sectores en los que el paÃs sea un productor importante a nivel mundial (Bitrán, 2004). Se insiste en que para mantener una posición competitiva en estos sectores de actividad económica se requieren programas focalizados. Estos clústeres estarÃan orientados a incorporar y aplicar tecnologÃas avanzadas en esos sectores en que se tienen ventajas comparativas, y en los que además los privados estarÃan dispuestos a coinvertir.
(Xavier Polanco. Nota redactada el 14/04/2010).
Referencias
Bergoeing, R., & Repetto, A. (2004). Copiar no es malo: Competencia, adopción e innovación. Santiago: Expansiva. Serie en Foco n° 19.
Bitrán, E. (2004). Sistemas de innovación, consorcios tecnológicos y clústeres. Santiago: Expansiva. Serie en Foco n° 20.
LarraÃn RÃos, G. (2005). Chile fértil provincia. Santiago de Chile: Debate.
LarraÃn, F., Sachs, J., & Warner, A. (2000). A Structural Analysis of Chile’s Long Term Growth: History, Prospects and Policy Implications. Cambridge: IIDH, Harvard University.
LarraÃn, G., Repetto, A., & Marshall, J. (2004). Siete iniciativas para promover la innovación en Chile. Santiago: Expansiva. Serie en Foco n° 24.
Lederman, D., & Maloney, W. (2004). Innovación en Chile: ¿Dónde estamos? Santiago: Expansiva. Serie en Foco n° 18.
Solow, R. (1956). A Contribution to the Theory of Economic Growth. Quarterly Journal of Economics, vol. 70, no 1 , 65–94.
Tokman, M., & Zahler, A. (2004). Innovación para un crecimiento sostenido: Siete lecciones para Chile. Santiago: Expansiva. Serie en Foco n° 17.