Está en la base de cualquier diseño de política energética la seguridad, entendida como un suministro continuo, confiable, a precios razonables y estables de un recurso energético determinado. O sea, exactamente todas aquellas características que el mercado proveedor de petróleo no posee.
¿Qué implicancias tiene esto para nuestro país? La energía que mueve el sector transporte en Chile es dependiente en un 98 % de los derivados del petróleo. Esto determina una extrema vulnerabilidad de nuestra economía, dado el papel clave que este sector juega en todos los aspectos del quehacer nacional.
Situación actual derivada del terremoto.
Con motivo del reciente terremoto nos hemos enterados, que al momento de ocurrir este, el país contaba con petróleo diesel para 10 días y gasolina para dos semanas. También se nos informó que la refinería de Bio Bio quedaría detenida por haber sufrido daños estructurales. Para paliar esta situación ENAP inició de inmediato acciones para hacer las importaciones correspondientes de productos limpios. El 13 de marzo el nuevo Ministro de Minería y Presidente de ENAP, Laurence Golborne, visitó la refinería de Bio Bio y señaló, “que no tiene por qué haber problemas en el abastecimiento y distribución, porque se está importando el combustible tal y cual se había estado haciendo antes incluso del terremoto”.
Sería conveniente que la opinión pública conociera más detalles del plan de importaciones y las fuentes de suministro. Es de esperar que en esta oportunidad ENAP no tenga que cargar con parte de este costo, como ocurrió con la crisis del gas natural, cuando debió hacer importaciones de diesel a todo evento, para evitar cortes del suministro eléctrico. Situación que provocó grandes pérdidas financieras para esta empresa, lo que derivó en críticas de «mal manejo». Hay que hacer notar que las empresas distribuidoras importan combustibles cada vez que se producen condiciones de mercado que le permiten competir con los que producen las refinerías de ENAP. A la fecha no se sabe cual será la actitud de Esso y Copec sobre la posibilidad de importar combustibles, frente a la emergencia que afronta nuestro país.
En cuanto a fuentes proveedoras, en emergencia podríamos contar con productos refinados de todos los países del Cono Sur ya que todos ellos poseen refinerías. Si la detención de la refinería de Bio Bio se prolonga podrían ser fuentes de suministro las refinerías del Caribe. Más allá de la coyuntura actual, el nivel de stock óptimo de combustibles limpios que mantiene Chile es un problema de costos. Y si el que se mantiene actualmente, después de un estudio, resulta insuficiente se podría aumentar.
Mercado proveedor de petróleo crudo.
Distinta es la situación de esta materia prima, de la cual como indicáramos al comienzo, proviene el 98 % de los energéticos que mueven el sector transporte en nuestro país.
Hay una seria preocupación en muchos especialistas debido a que el libre flujo a relativamente bajo precio del petróleo que dinamizó la economía del mundo desde 1945 ha llegado a su fin.
Diversas organizaciones han estado dando la voz de alarma haciendo presente que terminada la crisis financiera, tan pronto se recupere la economía mundial, se producirá el aumento de la demanda de petróleo, situación para la que la industria petrolera no se encontraría preparada.
Independiente de la circunstancia anteriormente reseñada, en el mediano y largo plazo, también existe incertidumbre sobre la solides del mercado proveedor mundial de petróleo, que podría llevar a volatilidad de precios, alzas desmesuradas e inseguridad de suministro.
El 11 de febrero recién pasado la organización “UK Industry Taskforce on Peak Oil & Energy Security”, (ITPOES), publicó el informe “The Oil Crunch: A wake-up call for the UK economy”. De el, extractamos el siguiente itinerario para la crisis del petróleo que viene: Hasta el 2011, coincidiendo con la recuperación de la economía mundial, se pronostica un suministro adecuado y precios relativamente bajos, dependiendo de cómo la OPEP pueda defender un nivel de 75 dólares el barril.
Del 2011 al 2013 el suministro es suficiente para alimentar el crecimiento económico, pero los precios empezarían a subir a medida que se absorba la capacidad ociosa existente. Los precios se moverían entre los 70 y los 90 dólares el barril, sin descartar mayor volatilidad, ya sea debido a una capacidad productiva que se adelanta a la demanda, provocando una caída de precios, o un alza debido a la acción de los especuladores.
En el periodo 2014 – 2015 se empezarán a notar los efectos de las restricciones en el suministro causadas por el declive en la capacidad de producción de los yacimientos existentes, lo que podría llevar a una situación parecida a la del 2008: una pronunciada subida del precio del petróleo que pusiese en peligro el crecimiento económico. Lo anterior representa un precario equilibrio entre la demanda y la capacidad de producción.
Según el informe de la organización inglesa ya citado, todo esto podría llevarnos a una crisis de proporciones, si se diera alguna de las siguientes circunstancias:
1. Se desatara una crisis por las ambiciones nucleares de Irán y las acciones consiguientes de EEUU y de otros países, destinada a evitar que Irán llegue a ser poseedor de armamento nuclear. Irán es el segundo productor más grande de la OPEP, con una capacidad cercana a los 4 millones de barriles día.
2. La ambición de Al Qaeda de desestabilizar a Arabia Saudita y ejercer dominio sobre ella.
3. La inestabilidad de Afganistán / Pakistán y las posibles consecuencias en el caso de un dominio parcial o total de esos países por los Talibanes y el grupo Al Qaeda.
4. La guerra civil en Yemen y su posible desborde sobre Arabia Saudí, poseedor de las mayores reservas de petróleo del mundo.
5. Variadas amenazas al libre paso de petroleros en canales restringidos tales como el estrecho de Ormuz, desembocadura del Golfo Pérsico, por donde pasa el 40 % de la producción mundial.
6. Escalada de la acción de grupos rebeldes en áreas tales como Nigeria, Sudan u otros lugares donde la autoridad central esta debilitada en relación a las ambiciones de grupos armados regionales.
7. También hay un potencial de eventos inesperados a nivel de los yacimientos de petróleo.
El mundo es fuertemente dependiente de 120 yacimientos, que colectivamente dan cuenta del 50 % de la producción mundial y contienen dos tercios de la reserva remanente de yacimientos en producción. Su edad promedio es de 42 años y aunque que se espera que su producción declinará lentamente en una forma predecible, en la práctica, no siempre se da esta circunstancia.
Ejemplo de ello es el yacimiento mejicano, Cantarell, el que fue uno de más grandes del mundo cuando fue descubierto en 1975. A continuación de su puesta en marcha en 1980, su producción creció consistentemente y el año 2000 estaba produciendo sobre 1 millón de barriles día y alcanzó en el 2005 su máxima capacidad con 2.2 millones de barriles día. En ese momento Cantarell era el segundo yacimiento más grande del mundo, sólo aventajado por Ghawar de Arabia Saudita. Sin embargo al final del 2005 comenzó una declinación rápida y sostenida de su producción la que ha continuado hasta hoy. A agosto de del 2009 la producción de Cantarell cayó a 0.65 millones de barriles día. Para los estándares normales Cantarell no es un yacimiento antiguo. Gran número de los yacimiento que están en producción en Medio Oriente comenzaron a producir en 1930, 1940 y a comienzo de los años 50. La lección que se puede sacar de esto es que la producción de yacimientos antiguos no se puede predecir en forma confiable, como generalmente se suponía.
Conclusiones.
La economía de Chile es altamente vulnerable a lo que pase con el suministro mundial de petróleo dada la extrema dependencia que tiene de sus derivados en el sector transporte.
El cambiar esta situación es una tarea de largo aliento y de gran envergadura, que pasa por promover, como medida de estrategia país, el uso del transporte colectivo de personas y en general promover el uso de vehículos más eficientes. Tal como aconsejaba un informe reciente del BID sobre el impuesto a los combustibles, estos deben hacerse cargo de las externalidades negativas que producen, vía incorporar a precio el daño ambiental que producen.
En resumen los precios de los derivados del petróleo, diesel y gasolina, deben ser tales que incentiven el uso de vehículos más eficientes y desalienten el empleo de vehículos de uso personal En la misma forma el transporte de carga debe tender a privilegiar el transporte mediante ferrocarriles eléctricos, que son más eficientes que el transporte vía camión. También debiera desarrollarse el trafico marítimo dentro del país, cabotaje, ya que esta es la forma más económica para el transporte de carga.