El ALBA va la Cumbre de Copenhague

Esta semana culminó en La Habana la octava cumbre de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) con renovados acuerdos para consolidar proyectos en energía, educación, salud y ciencia, y la entrada en vigor del Sucre, moneda virtual que creó el bloque para el comercio intrarregional y que aspira a concretarse como el euro, en enero en una exportación de arroz de Venezuela a Cuba. Pero sobre todo con el acuerdo político de condenar la política de EEUU para la región, que graficaron en el golpe de estado en Honduras y la instalación de bases militares en Colombia.

La cumbre del ALBA, que festejó el quinto aniversario de creada por el presidente venezolano y el líder cubano Fidel Castro, también fijó una posición común ante la reunión en Copenhague sobre el cambio climático. A la cita asistieron, además del anfitrión Raúl Castro, Evo Morales, Hugo Chávez y Daniel Ortega, el canciller ecuatoriano Fander Falconí, la canciller de Zelaya, Patricia Rodas, y representantes de las tres islas anglófonas.

“Condenamos en los términos más enérgicos la ofensiva política y militar de Estados Unidos sobre la región de América Latina y el Caribe”, dice la declaración final suscrita por los gobernantes. Los nueve países del bloque, que se reivindica «antiimperialista», rechazaron «enérgicamente» las advertencias que lanzó el viernes pasado la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, a líderes de América Latina que socavarían la democracia e incrementan sus lazos con Irán.

“Rechazamos las pretensiones del Gobierno de los Estados Unidos de inmiscuirse en las decisiones soberanas de política exterior de los países de Latinoamérica y el Caribe, como los vínculos (…) con Irán”, consignaron los países del ALBA, que mantienen relaciones con el país persa y que recientemente algunos de ellos recibieron a su presidente en gira por la región.

El presidente venezolano afirmó que la declaración de Clinton es una “agresión imperial burda” que el ALBA no “tolerará”, y su colega boliviano Evo Morales, que el sábado acusó a Estados Unidos de “terrorismo”, sugirió al gobierno de Barack Obama “cambiar sus actitudes coloniales y patronales”.

El ALBA también reiteró su “más firme condena” al golpe de Estado que derrocó en Honduras a Manuel Zelaya, su “convicción de que fue perpetrado con el apoyo de Estados Unidos” para frenar el avance de las fuerzas progresistas en América Latina, y reiteró que las elecciones del pasado 29 de noviembre en ese país son ilegítimas.

“El imperio está tratando de recuperar lo que ellos llaman su patio trasero y en primer lugar Centroamérica. Van a tratar de derrocar a Daniel Ortega (presidente de Nicaragua)”, advirtió Hugo Chávez.

También el bloque de gobiernos de izquierda rechazó al acuerdo que permite a Estados Unidos usar siete bases militares en Colombia, por considerarlo un “peligro real” y la “amenaza más grave” a América Latina. “A Colombia la están convirtiendo en una base militar yanqui” y “a Venezuela la están cercando. No aceptamos ninguna injerencia de Estados Unidos ni amenazas”, espetó Chávez.

En relación a la cumbre sobre el cambio climático, los gobernantes acordaron una declaración para Copenhague, en la que rechazan los intentos de los países ricos de transferir a las naciones en desarrollo la responsabilidad del problema. A la capital danesa viajarán los presidentes Morales y Chávez, quienes unirán sus voces a los países más pobres que rechazan la proliferación de venta de “bonos de carbono”, ya que consideran que el mecanismo deja en manos del mercado la lucha contra el calentamiento global por efecto de los gases contaminantes y reclaman que, de alguna forma, se está “privatizando” la atmósfera.

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